En defensa del fútbol femenino
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En defensa del fútbol femenino


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Rompemos hoy una lanza en favor del fútbol femenino. Aunque han quedado atrás los tiempos en que las jóvenes aficionadas a practicar este deporte eran vilipendiadas e insultadas dentro de los campos, queda mucho camino por recorrer para una aproximación a la igualdad entre hombres y mujeres en el fútbol.


Haciendo una pequeña alusión a la irrupción del fútbol femenino en nuestra ciudad, debemos empezar por la existencia del Irene CF, que si bien era un equipo masculino, tenía como portera y capitana a una mujer. La lectura, muy recomendable, del trabajo realizado por Rubén Ventureira y Juan Luis Rodríguez Cudeiro sobre ‘Irene y las puertas del fútbol’, sitúa el inicio en este deporte, de la mujer coruñesa, a partir de los años veinte. La protagonista, Irene, en palabras de un viejo aficionado que la había visto jugar, era “ágil, buena colocación y un blocaje seguro en las pelotas bombeadas. Decidida en sus salidas”.


Pero habrían de pasar cincuenta años para encontrar las primeras competiciones de equipos femeninos. Dejando aparte aquellos partidos amistosos entre ‘solteras y casadas’ de Elviña, durante los Carnavales de los años 60 que hemos presenciado, el verdadero comienzo debemos situarlo en el año 1968, cuando el Colegio Academia Karbo crea un equipo de fútbol femenino. Este equipo, cargado de historia, alcanzaría por primera vez la oficiosa primera Copa de la Reina en 1981 y al año siguiente la primera Liga, llegando a obtener cinco Copas de la Reina. De la mano de los entrenadores José Mañana y Quinocho, pasearon el nombre de A Coruña por toda España. En la temporada 83/84, el equipo consigue ser financiado por el RC Deportivo, pasando a denominarse Karbo Deportivo, con el que continuó hasta su desaparición en 1988. Este equipo, con tantos títulos y varias internacionales en sus filas, como Lis Franco -ella si que conoce bien esa historia- puede decirse que fue el germen que impulsó a varios equipos modestos de nuestra ciudad a la creación de equipos femeninos, desde las categorías inferiores hasta pelear por ascender a las ligas gallegas y nacionales. En la temporada 2013/14 el Victoria CF se clasifica en 5º lugar en la Segunda División y el Orzán SD ascendía a esa misma categoría. En la siguiente temporada El Imperator OAR inscribe por primera vez un equipo femenino y en la siguiente el Torre SD asciende a la Primera División gallega. Otro hito importante se produce en 2016, cuando el Orzán y el RC Deportivo firman el convenio para crear un equipo profesional que habría de dar los buenos resultados de todos conocidos. Para finalizar el repaso, recordemos el partido España-Azerbaiyán de octubre del 2021 en Riazor, al que asistieron más de diez mil personas.


Como decía al principio, mucho se ha avanzado, pero falta todavía un gran camino por recorrer. Mientras que sea noticia que una mujer presida un equipo de fútbol -por cierto, de los 28 equipos modestos coruñeses ninguno está presidido por una mujer- o que las entrenadoras y árbitras sean minoría en este deporte, todavía falta mucho. Un avance sería que todos los equipos modestos coruñeses tuvieran equipos femeninos en las categorías de base, para así facilitar a las niñas que lo deseasen el poder practicar este deporte como medio de desarrollo físico y socializador, aunque no piensen dedicarse profesionalmente a él en el futuro.

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