Tras el bronce de Ana Peleteiro, las opciones gallegas de logra otra medalla se centran ahora en el piragüismo con Teresa Portela –la pasada madrugada buscaba un sitio en la final– y Carlos Arévalo (6 de diciembre de 1993, Betanzos), integrante del K4 500 metros junto Saúl Craviotto, Marcus Cooper y el cangués Rodrigo Germade.
Arévalo se quedó fuera de los Juegos de Río 2016 en el selectivo. Cinco años después cumplirá su sueño olímpico en Tokio tras un ciclo que empezó con dudas y terminó con lío, otra vez en el selectivo de Trasona. Agua pasada para el betanceiro, que esta madrugada compite en el K1 200, pero está centrado en el cuarteto.
¿Cómo ha ido el viaje?
Ha sido un viaje largo y lo hemos llevado bastante bien, pero fueron trece horas de avión, además del problema que tuvimos en Madrid con el retraso del vuelo por el exceso de calor y de equipaje. Llegamos cansados, pero bien.
¿Qué ambiente se respira en la Villa Olímpica?
La experiencia es brutal, está chulísimo todo esto y hay un ambiente tremendo.
La experiencia en la Villa es brutal, ya sólo me falta una foto con Gasol
¿Hay algún deportista en especial con el que te gustaría tener una foto?
Quería tener fotos con el equipo de baloncesto y se dio la casualidad de que, justo el día que llegamos a la Villa, nos encontramos con ellos y ya tengo fotos con (Sergio) Llull y Ricky Rubio. Ya estoy contento, pero me falta con Gasol... ya lo pillaré por banda (se ríe).
¿Cómo crees que influirán un desplazamiento tan largo y la adaptación al campo de regatas?
La adaptación influye porque hace un calor tremendo, la humedad es brutal y nos está costando un poquito, pero por eso hemos venido con tanto tiempo.
¿Cómo han sido las primeras sensaciones en el campo de regatas?
Ya lo había visto en el preolímpico de 2019, está muy bien, se corre bastante rápido y es de agua salda, como en el que estuvimos entrenando ahora. Los primeros días soplaba bastante viento, pero esperemos que baje un poquito.
Hay mucha presión en torno al K4 porque es la prueba reina, pero eso
nos activa
¿Cómo te ha afectado el protocolo covid?
El protocolo covid fue muy estricto. Prácticamente no teníamos vida social y limitábamos mucho los contactos. Y fue un poco complicado de llevar. Teníamos que tener un cuidado tremendo porque con un positivo te puedes quedar fuera de los Juegos.
Son tus primeros Juegos, ¿te imaginabas llegar hasta aquí en tu carrera deportiva?
Por supuesto que me lo imaginaba. He peleado cada día y cada palada para llegar hasta aquí. Es un sueño porque es el evento más importante al que puede acudir un deportista.
Empiezas por el K1 200, una prueba siempre muy ajustada, ¿cuáles son los detalles que marcan la diferencia?
Lo que marca la diferencia por una medalla es andar o no andar. Al final es velocidad pura y, aunque sea una prueba muy ajustada, el que gana es superior. Llegamos en muy buen estado de forma, aunque estamos más centrados en el K4, la prueba que más preparamos y en la que aspiramos a todo.
En el K4 500 sois una de las embarcaciones favoritas, ¿hay más presión al tratarse de unos Juegos?
Siempre hay mucha presión en torno al K4 porque es la prueba reina, la más vista y la más chula. Pero la presión es buena, nos activa y nos pone en modo competición. No lo considero como algo negativo.
Siempre llevo una virgen de los Remedios que me dio mi madre en Betanzos
¿Cómo es entrenar y competir junto a Saúl Craviotto con todo lo que él significa para el piragüismo y el olimpismo español?
Entrenar y competir junto a Saúl Craviotto es un sueño cumplido. Lo veía siempre como un referente siempre muy lejano y ahora mismo me veo compartiendo cada entrenamiento y embarcación con él. Es una ocasión que quiero aprovechar al máximo y llegar a sacar los mejores resultados.
¿Tienes alguna rutina o manía antes de subirte a la piragua en los campeonatos?
La única manía que tengo justo antes de subir a la piragua es mojar siempre mucho el asiento. Tiene que estar empapado porque si no no voy cómodo.
¿Algún amuleto que te hayas llevado en la maleta?
En la piragua siempre va una virgen de los Remedios que me dio mi madre en Betanzos y siempre me acompaña.
¿Y una promesa si vuelves con medalla?
No tengo ninguna promesa. Tanta presión al final y voy a tener que buscar alguna antes de competir (risas). l