Toca ilusionarse de nuevo, supongo...
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Toca ilusionarse de nuevo, supongo...


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Bueno, pues ahora sí que se ha terminado del todo la temporada más rara de la historia en Segunda B. Ya sabemos quienes son los cuatro afortunados que jugarán en Segunda el año que viene y ya sabemos casi todos los que acompañarán al Deportivo en la nueva Primera RFEF. Y nada, que enhorabuena a los Burgos, Ibiza, Real Sociedad B y, sobre todo, Amorebieta, que no figuraba en ninguna quiniela como aspirante al ascenso y que, sin embargo, lo ha conseguido. Pero es lo que ha tenido esta Segunda B, que cualquiera podía ganar a cualquiera. Y así hemos visto que los que han subido no estaban en casi ningún pronóstico.


Y en cuanto a las decepciones, nosotros nos hemos llevado la palma, por supuesto, pero, desde luego, ha habido muchas más. Siempre tuve el temor de que al Deportivo le sucediese una situación parecida a la vivida en Son Moix hace solo dos años.


Que tras tener el ascenso en la mano lo perdiese en el último instante. Tenía el temor de que el Deportivo hiciese las dos fases demostrando la superioridad que se le suponía y que luego fallase en los dos cara o cruz que eran las eliminatorias a partido único del ascenso. Pues bien, el que se ha llevado ese chasco mayúsculo ha sido el Badajoz, que ha dominado las dos fases, que ha jugado el play off en casa y se ha quedado con la miel en los labios.


Y en cuanto a las demás grandes decepciones, ninguno ha sido en estos play off. Todos han fracasado como el Deportivo mucho antes de la segunda fase. Algunos como el Pontevedra, el Hércules o el Real Murcia jugarán en la cuarta categoría, la Segunda RFEF, y otros, como el Recre, se han ido directamente a Tercera RFEF, que ahora es la quinta categoría. Un desastre, sin duda.


Pues eso, que ahora toca pensar en la temporada 2021-2022 y, aunque nos cueste, hay que ilusionarse de nuevo. Tenemos tres meses por delante hasta que empiece la nueva temporada y el Consejo de Administración profesional del RC Deportivo tiene la misma labor que llevamos viendo estos últimos veranos: renovar a casi toda la plantilla. El año pasado la renovamos porque habíamos bajado y no se podía mantener ese plantel. Hace dos años renovamos a casi todos porque habíamos perdido el ascenso y había que hacer un equipo más barato para otro año en Segunda. Hace 3 años cambió el equipo casi por completo porque habíamos descendido de Primera y Carmelo del Pozo le dio un vuelco a todo el vestuario… y así muchos años más. En esta ocasión el tema es económico.


El desfase presupuestario del año pasado no se puede mantener y muchos jugadores abandonarán el club, incluidos algunos que nos gustaría que se quedaran. Pero no puede ser, como es lógico. Y vendrán otros. Semidesconocidos en su mayoría y que no vendrán de Primera División precisamente. Y tendremos que ilusionarnos con ellos para pensar en que podemos ascender. Algunos les veremos en pretemporada y nos sorprenderán gratamente. Otros, en cambio, no tanto. Siempre fue así. Lo mismo nos sale un Pablo Marí o un Domingos Duarte que un Vítor Silva. Lo mismo vemos un Héctor Hernández que un Rui Costa. Y lo mismo nos encontramos un Mollejo que un Jovanovic. Es lo que tiene cambiar a un mínimo de 10 jugadores al año, que nos vamos a encontrar de todo.


Empieza el Depor 2021-2022 con la llegada del nuevo entrenador. Está bien eso de empezar contratando primero al arquitecto. Ahora falta que el proyecto ilusione y que los jugadores que lleguen nos hagan pensar que podemos conseguir el objetivo de ascender. Nosotros vamos a intentar ilusionarnos como todos los años, por supuesto.

Toca ilusionarse de nuevo, supongo...

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