Golden State Warriors se adjudicaron el primer punto de la serie en las Finales de la NBA ante los Cleveland Cavaliers (113-91) comandados por un Kevin Durant que, con 38 puntos, fue la diferencia sobre el parqué, mientras las aportaciones de LeBron James y Kyrie Irving no fueron suficientes para mantener a los de Ohio vivos en el cuarto final del choque.
La tensión de un nuevo enfrentamiento definitivo por el título se mascaba en el ambiente y se transmitió sobre la pista durante los primeros cinco minutos. Se permitió mucho contacto físico derivado por la precipitación, sobre todo por parte de la franquicia de San Francisco, que vio como su pobre acierto desde media y larga distancia no le permitía arrancar, mientras Draymond Green cometía dos faltas rápidas que le sacaron del encuentro, física y mentalmente.
Sin embargo, Durant comenzó a tirar del carro de unos Warriors que también contaba con aportación desde el principio en el banquillo con Javale McGee y Andre Iguodala, mientras LeBron James iba entrando en calor y el duelo entre Kyrie Irving y Stephen Curry daba otro color al encuentro con lecciones de bote, cambios de dirección y penetraciones a canasta de un nivel excelso.
Con el paso de los minutos, se iba imponiendo el estilo de transición rápida y de pocos segundos de posesión de los californianos, del que se contagió Cleveland y que dio lugar a muchas canastas en campo abierto que ambos equipos tenían dificultad en defender. Warriors conseguía la mayoría de sus puntos desde la pintura, mientras las pérdidas de balón lastraban a unos Cavs que aún dejando a los de Oakland con porcentajes muy bajos desde el triple, encajaron 60 puntos al descanso.
'KD' seguía marcando la diferencia junto a la mayor profundidad de jugadores confiables de Golden State, que hicieron inútiles los esfuerzos de James e Irving que se vieron demasiado solos en cancha aportando puntos para su equipo, ya que ni Kevin Love, ni Tristan Thompson, ni J.R. Smith aparecieron en el partido de forma mínimamente destacable, al igual que Klay Thompson que tuvo un partido irregular en ataque no correspondido a su buen hacer en defensa.
Con el arranque del segundo tiempo, los de la Bahía de San Francisco comenzaron a distanciarse en el marcador, mientras James se notaba solo contra el mundo para intentar mantener a su equipo en el partido. Durant y Curry seguían engordando sus estadísticas y Jefferson dio algún fogonazo que aguantó ligeramente la acometida de unos Warriors que cometieron solo cuatro pérdidas en todo el partido, igualando el récord histórico en un partido de las Finales.
Con 21 puntos de ventaja al comienzo del último cuarto, los Cavs bajaron los brazos definitivamente y dejaron encajar el primer golpe de unas Finales que dejaron muchos detalles para el futuro de la eliminatoria y en el que Durant personificó el factor diferencial que inclinó la balanza a favor de los de Oakland, que siguen invictos en postemporada con un inmaculado 13-0.
