El Basquet Coruña trabajó y sudó, hasta el infinito y más allá, su segundo éxito de la temporada, en un derbi muy vistoso ante un Ourense al que manda al ‘farolilllo rojo’ que los de Gustavo Aranzana ocupaban antes del salto incial de este encuentro aplazado de la cuarta jornada.
No disimuló nada la 'marea naranja’ sus intenciones. Siete de sus nueve primeros tiros fueron desde el arco. Y ninguno de los cuatro primeros cruzó la red. Pero a partir de ese punto...
La táctica, a priori suicida, hizo que el COB arrancase con un parcial de 7-0 y rozase pronto la decena de superávit (12-3). El tres del marcador visitante llegó con un triple de Cooney. Un aviso. Después llegaron otros cuatro de su equipo, suficientes para evitar la escapada de un Ourense que jugaba muy cómodo en ataque.
Trist, una pesadilla en la primera mitad (17 puntos), acertó dos veces desde 6.75 en el arranque del segundo cuarto y la renta llegó a los dos dígitos (36-26). Le contestó Flis, brillante en su regreso a Ourense, de la misma manera, y con ello reabrió la espita del fuego de mortero. De tres en tres siguió construyendo el Coruña y, con un parcial final de 6-2, alcanzó el descanso con su primera renta del encuentro (50-51).
Nuevas armas
Cooney abrió el fuego –desde el arco, claro– de la segunda mitad. Un espejismo. Era imposible mantener el nivel de la primera (10 aciertos de 19 intentos). Y el Ourense, con armas más variadas, tomó de nuevo el mando con un parcial de 6-0 (62-58). Pero la cosa no quedó ahí: creció hasta el 13-3 y los de Gonzalo García de Vitoria acariciaron de nuevo la decena de ventaja, aunque Flis, de nuevo desde 6.75, taponó la herida (69-66).
El carrusel de faltas en los compases iniciales de este periodo (tercera y cuarta de Ndoye), unida a la cuarta del exnaranja Orlov unos minutos después, dejaron en precario el juego interior local de cara a los 10 minutos de la verdad, donde Johnson empezó pegando primero para reabrir el hueco (76-68), poco antes de que el tierno Ndoye se fuera definitivamente al banquillo.
El BC aprovechó la situación para jugar, por fin, con sus hombres altos. Fue Flis, con dos tiros libres producto de una falta inexistente, quien le devolvió la delantera (84-85) a falta de 1:30.
A continuación, rosario de errores: Ahonen, Sonseca –ambos desde 5 metros– y Johnson, que en vez de hacer una jugada más larga se tiró una castaña precipitada y sin sentido alguno. Sanz capturó el rebote, recibió falta y anotó lo dos libres. Restaban nueve segundos y medio. E, incomprensiblemente, el Coruña no hizo falta y permitió dos triples del COB: Kohs erró desde la esquina derecha y Johnson lo hizo desde la izquierda. Un sufrimiento innecesario.