Mauro Silva pisó este sábado por primera vez el césped de Riazor desde que se retiró en 2005 y recibió el cariño de la afición en el descanso del encuentro ante el Málaga, en el que los seguidores blanquiazules sacaron la pancarta: 'Gracias por hacernos eternos'.
Casi doce años después, Mauro, que llevaba un decenio sin visitar A Coruña, escuchó desde el círculo central, ese en el que deslumbró como jugador, el cántico que Riazor entonaba cuando vestía la elástica blanquiazul, la única que lució en Europa. A Coruña fue su casa durante 13 años, desde 1992 hasta mediados de la década pasada, y él se siente "deportivista y coruñés".
OVACIÓN
En el descanso del partido bajó al césped y escuchó aplausos y cánticos
Mauro, que vio el partido desde el palco de autoridades, salió del vestuario en el descanso, caminó hasta el medio del campo y desde allí saludó a todos los aficionados y vio la pancarta de los Riazor Blues: 'Grazas por facernos eternos'. El exjugador del Deportivo estuvo un par de minutos en el césped, hasta que el delegado del equipo, Barros Botana, que ya estaba en el equipo cuando él fue incorporado, le fue a buscar.
Mauro Silva, campeón del mundo con Brasil en 1994, conquistó con el Deportivo los seis títulos que lucen en las vitrinas del club: una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España. El exjugador brasileño es el segundo que más partidos ha disputado en Primera con el Deportivo (369), solo superado por Fran, con el que coincidió en la plantilla y que también se retiró en 2005. En noviembre del año pasado, fue el más votado por la afición del Deportivo en la elección del mejor jugador del club en sus 110 años de historia.
"No esperaba tanto; para mí ha sido el viaje perfecto"
El exjugador blanquiazul se emocionó aunque sin llorar
Mauro Silva confesó que le emocionó, aunque sin llegar "a las lágrimas" el homenaje que le brindó la afición del estadio de Riazor ante el Málaga, en el que dio suerte al equipo en el que militó desde 1992 hasta que se retiró en 2005.
"Mantuve la compostura, me he emocionado, pero no llegué a las lágrimas", comentó Mauro Silva a la conclusión del partido ante el Deportivo.
El que fuera campeón del mundo en 1994 con Brasil y que conquistó los seis títulos que tiene el Deportivo en sus vitrinas admitió que se emocionó "más" esta semana cuando se reencontró con el que fue su primer entrenador en Europa, Arsenio Iglesias.
Silva afirmó que el deportivismo, que le ovacionó en el descanso del partido con el Málaga, le ha brindado "una acogida impresionante".
"No esperaba tanto, estoy muy feliz desde que llegué el miércoles a A Coruña y el colofón fue esta victoria. Estoy encantado", comentó.
El exjugador del Deportivo dio suerte al conjunto coruñés, que empataba sin goles cuando fue homenajeado y acabó sumando tres puntos ante el Málaga que le acercan a la permanencia. "Ha sido suerte haber bajado al campo, haber tenido este contacto con la afición y enseguida los goles. Para mí, ha sido el viaje perfecto. Más que el homenaje, la victoria, los tres puntos para tener tranquilidad y pensar en la próxima temporada", comentó Mauro, quien confesó sentirse "coruñés y deportivista".
El exfutbolista tuvo palabras de agradecimiento para el actual presidente del club, Tino Fernández, por haberle permitido disfrutar de la afición de Riazor y respaldó su gestión al frente de la entidad herculina.
"Se están haciendo las cosas muy bien dentro de las posibilidades que hay. Hacer un equipo sin dinero no es tan sencillo. El fútbol hoy en día es muy competitivo. Con el dinero que se maneja se está haciendo lo que se puede, no es fácil y hay que adaptarse. Nos ha tocado un momento malo ahora, pero ya vendrán los buenos momentos", declaró.
Mauro Silva, que llevaba un decenio sin visitar Galicia y no había vuelto al césped de Riazor desde que se retiró en 2005, deseó "volver pronto y que el Dépor pueda estabilizarse" en Primera División.