El Galicia Gaiteira no viene pasando por sus mejores momentos a nivel institucional. A pie de calle, la disconformidad de padres, socios y personas que han abandonado el club, en desacuerdo con la política actual, es palpable. La pasada semana se celebró una asamblea que no concluyó, tuvo que ser suspendida. Realmente un defecto de forma en la comunicación de los cambios en la junta fue el motivo de dicha cancelación, pero hubo momentos de cierta tensión entre padres de chavales y directivos. Un germen que en algún momento podría estallar, posiblemente en la próxima reunión que se celebre.
El Galicia Gaiteira se fundó en 1926. Es un club del barrio, como otros emblemáticos de la ciudad, pero muchos chavales de la zona, de la calle, se marchan a otros equipos por diferencias con la gestión que se está empleando en los meses precedentes.
Es evidente que en tantos años, la nonagenaria entidad ha tenido momentos muy complicados, y no hace mucho. En 2013 varios directivos de toda la vida consiguieron levantarla de nuevo cuando nadie apostaba por su futuro, y se puso a rodar, pero en los últimos meses la pérdida de equipos en competición y de una treintena de jugadores, ha hecho que en el barrio, las gentes del deporte y sobre todo del fútbol, no hablen de otra cosa.
A la espera de una próxima asamblea, se aguarda un cambio de rumbo, por el bien del club y también de los más jóvenes que quieren lucir la cruz de Galicia en el pecho y las enseñas de este histórico de A Coruña y la antigua Oza.
El Galicia Gaiteira es el club no solo de la propia calle, sino de todo un barrio. Chavales de A Cubela, O Montiño, Pérez Ardá, San Diego... Son muchos los que han lucido su camiseta. Jugadores como Pedro Mosquera, Carlos Pita, Iago Iglesias o Alberto Bodelón, entre otros nombres, han salido de una histórica entidad que, a tenor de lo que está sucediendo, apunta a un cambio en las próximos semanas.