El Deportivo dejaba atrás tal día como el viernes hace ya 26 años aquella 'Longa Noite de Pedra' y regresaba a la élite del fútbol español tras imponerse al Murcia (2-0). Los futbolistas dirigidos por Arsenio Iglesias lograban una victoria, gracias al doblete de Stojadinovic, que valía un ascenso y alejaban los fantasmas del pasado y el `meigallo' que parecía que desde hacía varios años impedía al equipo estar en Primera.

PRÓLOGO ACCIDENTADO
Ardía literalmente ese 'mal de ojo' cuando se incendiaba antes de que comenzase el partido Preferencia Superior y así lo contaba por aquel entonces Carmen Cotelo en las páginas del Ideal Gallego. "Ya habían dado las seis de la tarde. En eso una negrísima humareda se dejó ver desde el techo de Preferencia Superior (...) Las autoridades se levantaron, el público comenzó a abandonar las gradas (...) Afortunadamente, los bomberos no tardaron en aparecer (...) Todo apunta a que fue una bengala festiva la que dio el susto". Una demora en el inicio de un partido en el que los aficionados esperaban por fin desterrar todas aquellas pretéritas pesadillas. La derrota ante el Rayo cuando valía con firmar tablas en 1983, el 'atraco' en el Tartiere en 1986, el penalti de Alvelo de 1987 y, doce meses antes, la promoción con el Tenerife.

PARTIDO DE NERVIOS
La crónica del duelo histórico para el deportivismo publicada por el rotativo coruñés reconocía que era un partido de "nervios". "No desaparecieron en ningún momento, estaban presentes en los jugadores, en el árbitro y también en los banquillos". Esa intranquilidad desaparecía momentáneamente con el primer tanto herculino, que se contaba así en El Ideal Gallego. "Fran, situado en el centro del campo, vio como Sabín Bilbao corrió la banda izquierda para mandarle con la parte exterior de su zurda, el lateral centró por abajo y Stojadinovic remató en el segundo palo el primer gol", relataba el periódico. También recordaba en sus páginas la celebración del futbolista yugoslavo, que se sacaba la camiseta y "haciéndola ondear al viento ofrecía el tanto a los miles de aficionados que saltaron de sus gradas y gritaron el gol".

Los visitantes estaban obligados a marcar para poder optar al ascenso y a esas horas el Albacete ya era equipo de Primera División tras imponerse al Salamanca.

El Deportivo, con el gol, jugaba de manera más fluida y la sufrida hinchada animaba y a la vez contenía la respiración, viendo el objetivo cerca pero temerosa de que se volviese a escapar. De nuevo Stojadinovic, en el minuto 75, marcaba y ponía la tranquilidad. "Fue el atacante deportivista (Villa) el que recibió otra vez en la banda izquierda, pisó, aguantó y sirvió perfectamente a Stojadinovic, solo en el centro, quien se coló hasta los dominios de Fernández al que colocó el balón por abajo y a su derecha sobre la salida. Ahí se hundió el estadio, el ascenso era un hecho". La 'queima del meigallo' cumple más de un cuarto de siglo. Un 9 de junio de 1991 en que se empezó a escribir una nueva era para el Deportivo.