El Cadete a del Calasanz ya es una leyenda del club. Las generaciones del 2000 y el 2001 serán recordadas por muchos años. Ellos son los artífices del primer ascenso colegial a División de Honor Cadete. Era el único escalón que se le resistía a una entidad que tradicionalmente ha estado en lo más alto del fútbol base. Y ya lo tienen.
El equipo que dirige Samuel Montoto consumó el salto de categoría con una clara victoria fuera de casa sobre el Lalín. El triunfo se cimentó en los primeros minutos de la segunda mitad, con dos tantos a los ocho minutos y uno antes de llegar al ecuador. El resto fue coser y cantar. Y pura euforia por una celebración muy esperada.
El Calasanz certificó el ascenso de manera matemática porque se lo ha trabajado desde que comenzó la temporada. Con una diferencia de 14 puntos sobre el Santiago y 15 sobre el Oroso con 12 en juego para ambos, su presencia en División de Honor la próxima temporada está asegurada.
El próximo objetivo del conjunto rojo es el título de campeón. Con seis puntos de ventaja sobre el Depor B, pero con dos partidos más, no depende de sí mismo para lograrlo. Con el golaverage en contra, el Cala tiene que ganar los dos partidos que le restan (Boiro y Racing de Ferrol B, ambos en en casa) y esperar un tropiezo del filial blanquiazul en los cuatro encuentros que le quedan por delante.
Esa será otra historia. ahora es momento de disfrutar de un hito histórico. El momento más ansiado de la temporada por directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición se cumplió. El Calasanz dominó y tuvo las mejores ocasiones, pero hasta el descanso se encontró con la pólvora mojada. En la segunda recuperó pronto la pegada.
Plaza estrenó la cuenta a la salida de un córner, Schuster anotó el 0-2 con un disparo raso y ajustado al poste y Javi hizo el de la sentencia al culminar un barullo en el área. Ellos son tres de los héroes del ascenso. Hay muchos más.