La tenista rusa Maria Sharapova, que está a un mes de reaparecer tras su sanción por dopaje, ha explicado que carecía de "médico en plantilla a tiempo completo que prestase atención a las obligaciones antidopaje", al tiempo que ha agradecido el "apoyo" de Rafa Nadal, quien le "mandó un mensaje muy amable cuando todo ocurrió".
"Me podría haber sentido avergonzada si me hubiese sentado y dejado que la gente me pisoteara. Pero tomé las riendas de la situación desde el primer momento y lo gestioné yo todo. Dije: 'Esta es mi historia y voy a contarla'", reflexionó Sharapova en declaraciones a la revista Vanity Fair que recoge Europa Press.
"Carecía de un médico en plantilla a tiempo completo que prestase atención a mis obligaciones antidopaje", desveló la jugadora, reconociendo que "debería haberlo tenido". "Pero no era así. Si pudiese volver atrás, eso es lo que cambiaría", dijo sobre una sanción que le costó asimilar al principio.
"He jugado este deporte con tanta integridad y tanta pasión que al principio no era capaz de comprender cómo alguien podía creer, teniendo en cuenta la forma en la que compito y cómo entreno, que yo tomaría el camino fácil", reseñó Sharapova, quien no ha dejado de sentirse "una competidora"
"Sería muy difícil para mí tomarme una copa con Serena (Williams) y al día siguiente jugar con ella. Primero, no tengo interés en eso, y segundo, no creo que funcionara. Nadal y Federer se respetan, pero no van a cenar juntos. Nadal Me mandó un mensaje muy amable cuando todo ocurrió y me mostró su apoyo. Tengo un enorme respeto por él", agradeció al jugador español.
Respecto a su reaparición el mes que viene el torneo de Stuttgart, la rusa aseguró que no tiene miedo. "Si tuviese miedo no volvería. Juego por mí misma. Años atrás pensaba en el final de mi carrera y ahora ni siquiera se me pasa por la cabeza. Cuando esté preparada para terminar, lo sabré. Sabía que nadie en una oficina me iba a decir cuándo tenía que retirarme", zanjó.