El gran ídolo del atletismo, el jamaicano Usain Bolt, inició con una victoria en la sexta serie de 100 metros y una deslucida marca de 10.07 la inexorable cuenta atrás que le conducirá a la retirada dentro de ocho días.
Si todo transcurre con arreglo a la lógica, le quedan tres carreras. Las semifinales y la final de 100 metros y la final del relevo 4x100.
El sábado 12 de agosto, a las 21.50 locales (22.50 en Europa, 20.50 GMT) la final masculina de relevos 4x100 pondrá remate a la grandiosa trayectoria de Usain Bolt, diez años majestuosos entre los Mundiales de Osaka 2007, donde asomó la cabeza, y los de Londres 2017, donde la llama se extingue.
Bolt apareció relajado, sonriente, en la zona de calentamiento, junto al estadio, acompañado de su colega de entrenamientos Yohan Blake, uno de los que podrían hacerle daño, a juzgar por sus marcas del año: 9.92, tres centésimas más rápido que su ilustre colega.
El estadounidense Christian Coleman, líder mundial con 9.82, dominó la primera serie con un registro de 10.01 pese a correr por la calle ocho. En la segunda se impuso el joven japonés Sani Brown con marca personal (10.05). En la tercera el jamaicano Julian Forte aportó el primer crono sub-10 (9.99, récord personal).
Nada perturbaba la normalidad. El murmullo de desaprobación hacia el estadounidense Justin Gatlin, ganador de la quinta carrera en 10.05, hace tiempo que es normal en Gran Bretaña, por su pasado relacionado con el dopaje.
Hasta que Bolt -perilla y bigote- irrumpió en pista para correr la sexta y última serie, y entonces se desató el delirio en las gradas. Ovación atronadora y saludo torero del Relámpago, que se santiguó tres veces, miró al cielo, salió mal de tacos y recuperó el terreno a media recta para vencer en 10.07.
Este sábado, en semifinales, tendrá que ofrecer ya la verdadera medida de sus posibilidades.
Ocho títulos olímpicos (perdió el de relevos 4x100 de Pekín 2008 por dopaje de su compañero Nesta Carter) y once mundiales resumen la asombrosa trayectoria que ahora viene a morir en el estadio olímpico de Londres.
El estadio de Londres lucía este viernes un lleno espléndido en las gradas el primer día de competición, y no solo porque el ídolo local, Mo Farah, luchara por la primera medalla de oro en juego, la de 10.000 metros, sino porque Bolt tenía que aparecer para cubrir el primer trámite, la primera ronda de 100 metros.
No quiero retirarme perdiendo", advirtió Bolt en la multitudinaria rueda de prensa que precedió a los campeonatos. Suele cumplir su palabra. El canadiense Donovan Bailey, antiguo plusmarquista mundial de 100 metros, advierte que apostar contra Bolt no es una jugada inteligente.