La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA inhabilitó por conducta inapropiada hasta el próximo treinta de junio al rumano Sebastian Coltescu, cuarto árbitro del partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones entre el PSG galo y el Basksehir turco, suspendido por un incidente racista el pasado ocho de diciembre.

La UEFA confirmó ayer lunes la sanción al árbitro rumano por conducta inapropiada pero no por racismo y explicó que ésta responde a que infringió el artículo 11.1 del Reglamento Disciplinario, así como el 6.1 de las Condiciones Generales para Árbitros (obligación de comportarse de forma adecuada), pero no el artículo 14 del primero relativo a racismo y otras conductas discriminatorias.

Por los mismos motivos la comisión disciplinaria de la UEFA también amonestó al árbitro rumano Octavian Sovre, que actuó como asistente en dicho encuentro, que se interrumpió a los trece minutos de juego y se reanudó al día siguiente con otro equipo arbitral. Tanto Coltescu como Sovre tendrán que asistir a un programa educativo antes del próximo treinta de junio en las condiciones determinadas por los servicios arbitrales de la UEFA.

El organismo europeo abrió una investigación sobre los incidentes del encuentro y nombró un instructor, con quien su Comisión de Disciplina estuvo de acuerdo en que los funcionarios de la UEFA deberían recibir una formación adecuada y específica para tomar mejores decisiones sobre la elección del lenguaje y las palabras que deben utilizar en las competiciones de la UEFA.

Respecto al camerunés Pierre Webo, entrenador asistente del Basaksehir, que vio la tarjeta roja en el choque, la comisión disciplinaria le impuso un partido de sanción por conducta antideportiva.