El Deportivo tiene por delante tres finales, ante Pontevedra y Zamora, en el Abanca Riazor, y en Barreiros contra el Celta B.
De cara a la primera, el próximo domingo día 7 en el feudo herculino, el cuerpo técnico trabaja para tener a todo el plantel disponible de cara a este trascendental choque.
En la actualidad el único jugador que está trabajando al margen es Miku Fedor. El delantero, que se lesionó en el calentamiento del choque ante el Guijuelo, se recupera de una sobrecarga en los aductores. La semana sin liga ha sido beneficiosa para los intereses del ariete venezolano, que ha ido a más con cada sesión.
El viernes, último día de trabajo de la semana, participó en los rondos junto al resto de sus compañeros. La nota positiva tras una semana en la que tuvo entrenamiento específico bajo la supervisión del readaptador Fran Molano.
En la jornada del viernes no solo siguió tocando balón, sino que también pasó a realizar disparos con y sin oposición, remates tras centro y esprints para calibrar sus sensaciones y la explosividad.
Las sensaciones son buenas y la idea es que el punta, si continúa con esta progresión, termine por estar disponible para Rubén de la Barrera de cara al choque con el cuadro granate.
También se espera que esté al cien por cien Derik Osede, que debido a unas molestias ha ido intercalando tareas con el grupo y entrenamiento individualizado. El central se ausentó en las sesiones de los ejercicios de fútbol en espacio reducido, pero completó el resto de las sesiones, a excepción de la del martes, en la que causó baja junto a Miku.
En el entreno del viernes la cruz la puso el centrocampista del Fabril Diego Villares, que se llevó un golpe en la rodilla tras un lance del partidillo disputado en mitad de campo, previo a la finalización del entrenamiento.
El mediocentro tuvo que ser atendido por los galenos del Deportivo en el campo y a continuación se retiró pero, en principio, se trata solo de una contusión y regresará al trabajo el lunes por la tarde.