La que está liando la pandemia en el mundo del deporte. Aplazar los Juegos Olímpicos de 2020 al próximo año es un acierto, pese a que los atletas de élite de todas las disciplinas se han visto forzados a frenar sus planes de entrenamiento. Ahora las distintas federaciones tendrán que valorar y planificar los calendarios de cara afrontar las olimpiadas de Tokio con las máximas garantías posibles.
Donde sí se armó una buena fue en el mundo del fútbol. Aquí el volumen de negocio es realmente suculento y hasta la FIFA y UEFA se vieron obligados a intervenir, incluso amenazando a las ligas domésticas como la belga, que si acuerdan cancelar sus competiciones quedarían expulsadas de los torneos europeos.
Con este panorama, el fútbol, hoy todo un negocio para las plataformas televisivas y patrocinadores varios, está en un momento muy complicado y la patronal (los clubes) ven que mantener la estructura actual es muy complicado si no se vuelve a la competición lo antes posible. La propia UEFA ha decidido liberar el calendario de junio suspendiendo los partidos de las selecciones nacionales, con el objetivo de que las Ligas puedan disputar y concluir sus competiciones. De no hacerlo, el dinero perdido sería irrecuperable salvo que el Gobierno vuelva a salir al rescate. Imposible.