Veníamos de una época en la que considerábamos que la Liga española era la mejor competición del mundo sin darnos cuenta de que ese apelativo está sujeto a revisión. Vivimos de los éxitos del Real Madrid, Barsa, Atlético de Madrid y Sevilla, auténticos dominadores de las competiciones europeas en los últimos cinco años. En ese período Real Madrid (4 Champions), Barcelona (1) además del Sevilla (4 Europe League) y Atlético de Madrid (1), además de la presencia de equipos nacionales en finales, la Liga española sólo ha dejado asomarse al tímidamente el M’United que se alzó con la Europe League hace dos años.
En esta ocasión las tornas han cambiado y la Premier League se ha consagrado como la competición que manda en los torneos europeos. La presencia del Liverpool y el Tottenham en la final de la Champions sumada a la del Arsenal y Chelsea en la Europe League otorgan a los ingleses el cetro continental. A todo esto hay que añadir que el M’City, reciente campeón inglés, no estará presente en la ronda final europea.
Varias son las razones, en mi opinión, de este cambio de tornas. En primer lugar el contrato firmado por la Premier con las televisiones para el período 2016-2019 que inyectó cerca de 5.800 millones de euros en las arcas de los clubes ingleses con un reparto muy equitativo donde los equipos peor clasificados tuvieron un generosísimo incremento en sus ingresos. Según el diario británico The Guardian, el nuevo contrato para 2019-20122 ascendería a 6.800 millones. Para poner este dato en contexto hay que pensar que en 2004 en Inglaterra los derechos de televisión se vendieron por 1.000 millones.
Sin duda este es un factor determinante que permite crecer a los clubes más pequeños y conseguir una competición más reñida. Y es además otro de los elementos que engrandecen la Premier: cada jornada hay entre cuatro y cinco partidos en donde la competencia es real y el resultado incierto.
Por último, hay que añadir el espíritu de lucha de los clubes ingleses que han demostrado en Europa. Las remontadas del Liverpool ante el Barsa, Tottenham frente al Ajax o del United con el PSG indican que el alma (el soul que decía Mourinho) de estos equipos unido a la posibilidad de fichar buenos jugadores y a una Liga peleada hacen del fútbol inglés el gran dominador de los principales torneos europeos.
En definitiva, cartera para fichar, igualdad en la competición doméstica y un extra de soul explican el éxito anglosajón. Que tome nota la LFP y la RFEF (no sé en qué orden).
@pgarcia_ramos