Pues se puso el punto final a la competición regular. El Depor y el Fuenlabrada cumplieron con su objetivo de disputar el último partido y poner el punto final a una temporada realmente extraña en todos los sentidos, primero por culpa de la pandemia que obligó a parar temporalmente la Liga y luego por las irresponsables decisiones de Tebas, que ha provocado una crisis sin precedentes en el seno del fútbol profesional.
Está claro que ahora habrá que esperar al ‘partido’ que se está jugando fuera del césped, ahí el Deportivo echará el resto y ojalá que las autoridades competentes pongan al presidente de la patronal futbolística en su sitio por las graves irregularidades cometidas a lo largo de las últimas semanas.
El duelo de anoche en Riazor fue lastimoso, como a lo largo de la temporada, por el juego local. La verdad es que el Depor jugó como siempre, a nada. Bien es cierto que ayer tenían la disculpa de que hubo que ‘recolectar’ a la gran mayoría de los jugadores que estaban desperdigados por las playas por ahí adelante, así que entiendo que no estaban conectados.
Ahora bien, tampoco era mucho pedir que en el duelo ante el Fuenlabrada, sabiendo lo que significaba por el maltrato al club, se pudiera ver a un equipo más aguerrido, más entregado, más hambriento y, sobre todo, con algo más de ganas de agradar después de una temporada tan lamentable futbolísticamente hablando. Solo en la recta final del partido el Depor le puso ganas y acosó a la portería rival. Bien es cierto que la victoria no fue lucida, pero valió.
Lo dicho, que ahora toca jugar el duelo más importante. Será ante los distintos estamentos futbolísticos y deportivos. Todo acabará, si no me equivoco, en el Juzgado. La razón no es otra que Javier Tebas ha pisoteado los derechos del club saltándose las normas que emanan de la propia Liga. Ese partido todavía está sin concluir.