Estaba claro que esto no iba a ser una balsa de aceite. Hace unas semanas les transmitía, en medio de la euforia, que había que estar preparados para cuando las circunstancias fuesen adversas y éstas han llegado.
Fernando Vázquez, en su llegada, señaló el número de partidos que había que ganar para salvar la categoría y a eso hay que aferrarse. En esta segunda división todo es muy complicado y tras dar el paso gigantesco que se hizo, no se puede bajar la guardia, ni en la parte deportiva por un lado, ni en la parte social por el otro.
Así pues y dejando al margen el Carnaval, de nuevo Riazor debe convertirse en la caldera de las últimas jornadas. Los de abajo no se descuelgan y todo esfuerzo es poco para salir del “marrón” de donde se está.
Siguiendo con el tema del choque en tierras aragonesas, seguí el mismo a través del canal de pago. Menudo castigo supuso, una vez más, seguir los comentarios de los narradores. ¿No se darán cuenta de que hablan para todos?... para los de uno y otro equipo. Alguno no se corta un pelo en sus opiniones. Los Burgui, Luis Suarez o Guti parecían las estrellas de la gala del balón de oro.
Entiendo que, en estos momentos, todo debe estar concentrado en la materia deportiva, pero permítanme un anexo personal. Teniendo en cuenta el respeto que mantengo sobre su persona, no entiendo muy bien que gana el Deportivo como entidad, que su técnico “familiarice” con lo divino y lo humano en sus declaraciones. Ya sé que se me dirá que todo entra en el entramado de la libertad de expresión, de la que soy impenitente seguidor, pero no me parece lo más propicio en esta singladura, adjetivar, por ejemplo, al técnico del Barcelona, Quique Setien, de “predicador”. Cada uno es mayorcito, pero de tiempos pasados también se suele aprender.
Presencié televisivamente el partido de la Selección Española de Baloncesto ante Polonia. Veo a la nueva hornada muy “fresquita”. Imagino que es la prueba del “algodón” para saber con quién hay que mojarse pensando en el futuro. Una transición tan brusca conlleva generar unas perspectivas nada halagüeñas.
Finalizo con las elecciones a la Federación Española de Fútbol y leo que el Gobierno se ha decantado por uno de los candidatos. Pues… ya sabemos quién va a ganar. Tendremos Rubiales para un buen rato, por lo que es mejor irnos al refrán… “si no puedes con tu enemigo, únete a él”.
Como siempre un placer.