Mi devoción hacia el mundo del deporte me facilita analizarlo desde distintas variantes. Una de ellas es que, tanto económica como socialmente, puede aportar grandes dosis de riqueza a infinidad de colectivos situados en el propio entorno.
Soy de la idea que nuestra comunidad autónoma, por sus características geográficas y de instalaciones, es un verdadero vivero para regenerar economías depauperadas.
Algún que otro municipio supo ver este cauce y lo está desarrollando de forma incipiente. Pero entiendo, que el recorrido es realmente bajo y el potencial por explotar es casi “infinito”.
Cualquier competición, por sencilla que sea, supone beneficio para el entorno donde se desarrolla. La disputa, por ejemplo, de un campeonato gallego de Mini-Basket o de Remo, activa una movilización grupal que reporta significativos réditos.
Ya no les digo si subimos el nivel competitivo. Comunidades como la canaria o la andaluza ya iniciaron este proceso y sus resultados son bien palpables. Numerosos ayuntamientos galaicos que viven en la precariedad social por diversas causas, como la demográfica, seguro que tendrían una buena fuente para poder cambiar su rumbo.
Y si les traslado todo esto es porque esta pasada semana, leía con detenimiento el informe de un estudio independiente de la consultora Price Waterhouse Coopers (PWC), sobre la facturación que aporta el fútbol a nuestra querida Galicia.
En números, esta prestigiosa entidad, nos confirma que el volumen general es de 675 millones de euros, destacando de forma paralela la puesta en vigor de 8370 empleos.
El negocio futbolístico supone el 1,14% del producto interior bruto (PIB). Algo menos que a nivel nacional (1,37%). Siguiendo con datos del propio estudio, el impacto de la primera y segunda división en Galicia es del 4,3% y del 4,5% en cuanto a empleo, donde su cifra nacional es de 185.000.
Imagínense si las extrapolamos a toda actividad deportiva, el volumen realmente sería muy sorprendente. En definitiva, para quien corresponda… el deporte es riqueza en todos los aspectos de forma directa e indirecta.
Por cierto, espero que el señor Feijoo y sus colaboradores, empleen parte del dinero disponible para la publicitación del Xacobeo 2021 en el deporte gallego. Mejor escaparate imposible. De no hacerlo así, mi concepto sobre él, bajaría un enorme peldaño.
Cambio de tercio. Este lunes comenzó la etapa deportivista post-depresión. El nuevo técnico, el Sr. Anquela, intentando hacerse con las riendas de su plantel. En el lado paralelo, el Sr. Del Pozo, trabajando la composición definitiva. Vamos… haciendo filigranas entre números y jugadores.
Un año más, unos se van y otros llegan. Como piedra estelar, por el momento, se incorpora Gaku Shibasaki, actual capitán de la selección nipona. Todo un referente, teniendo en cuenta la importancia que por aquellas tierras le dan a este tipo de cargos. Que se vayan preparando en el departamento de prensa herculina, habrá un antes y un después del fichaje. Deberían estudiar abrir un nuevo apéndice en el departamento, para poder atender la avalancha de medios que querrán seguir las evoluciones del muchacho.
Como bien diría mi ponderado hermano: “El imperio del sol naciente en poniente”. Banzai!!!
Como siempre un placer.