Cuando Marlos Moreno llegó al Depor las voces autorizadas del planeta fútbol hablaron de una de las más prometedoras joyas del balompié suramericano. Incluso algún ilustre exdportivista dijo que estábamos ante uno de los mejores peloteros de cuantos podrían llegar a Europa en estos tiempos.

Fichado por el City, que tiene `cuartos' para comprar a quien le dé la gana y buenos ojeadores, todos esperábamos más de su cesión al Depor, pero el primero, el propio jugador. Leo con detenimiento la entrevista publicada ayer por este diario al joven Marlos y se ve de manera más que evidente que el talentoso colombiano tiene una enorme presión encima.

La ansiedad que genera esta enorme carga hace que cualquier persona, en cualquier trabajo, no pueda rendir a tope, dar el ciento por ciento. Es evidente que Marlos lo está pasando mal y el punto culmen de este estado posiblemente llegó cuando algunos aficionados de Riazor le silbaron decepcionados por un rendimiento que no es el esperado ante las fenomenales referencias.

Pero el atacante colombiano tiene talento, velocidad, desborde, disparo... Posee cualidades para hacerse un nombre el el mundo del fútbol. Lo que necesita es sacudirse la presión, no pensar demasiado y actuar en el campo, dejarse guiar por Garitano, el apoyo de sus compañeros y la comprensión de la grada. Solo si todo ello se conjuga veremos al Marlos Moreno de verdad.