En varias ocasiones, estando en el poder distintos colores políticos, les trasladé mi sorpresa e indignación por las obsoletas instalaciones que padecen todos los usuarios del complejo deportivo Arsenio Iglesias en A Torre.
En mi última exposición dirigida al Sr. Borrego (concejal), máximo responsable de la cuestión deportiva, señalaba que una ciudad como A Coruña bien merecía otro tratamiento. Tras largos años, inmerso en el círculo de usuario, tengo la sensación de que todo funciona por pura inercia. No existe ningún decálogo de progresión y mejora.
Cuando llegaron los actuales “inquilinos” de María Pita, confirmaron la renovación de determinados terrenos de juego sintéticos, todos ellos en condiciones penosas. ¡¡¡Aleluya!!! Imagino que la programación de las obras estará pensada para cuando exista una menor actividad competitiva.
Pero están muy equivocados si entienden que con esa inversión queda el asunto zanjado. Son innumerables las carencias paralelas que sobrevuelan el día a día. Escasean campos para jugar y entrenar a lo largo de la semana, la zona de vestuarios no es digna del siglo XXI. No hay donde guarecerse en los interminables días de frío y lluvia. Lo de la falta de una cafetería roza el esperpento. ¿Y el aparcamiento?... Surrealismo puro y duro. Da la sensación de que está todo planificado para castigar al infeliz usuario que necesita llevar a sus hijos a una actividad deportiva popular, con persecución policial incluida.
En definitiva, como el Sr. Concejal no asumió las sugerencias que le transmití, ahora lanzo el reto a sus asesores, para que lo “asesoren adecuadamente” y se tomen en serio que los ciudadanos de A Coruña y su entorno merecen unas instalaciones deportivas adecuadas a los tiempos. Pero tengo que reconocer que soy “ateo” para estas cuestiones de fe.
Cambio de tercio. Veo como un síntoma de normalidad social la revolución que se ha producido con el fútbol femenino. Realmente se ha dado un paso enorme. Pero para que todo se pueda asentar bien y tenga la progresión adecuada, mi consejo es que no se construyan gigantes de barro. Las estructuras siguen siendo muy básicas y se están creando dos mundos (a nivel competitivo) que no ayudan en nada a la progresión. El ejemplo lo tuvimos este pasado fin de semana en Salamanca con la final de la Supercopa. Paso a paso se camina más seguro, los saltos al vacío solo generan inseguridad.
Finalizo con dos apuntes. El primero… que les puedo decir de este Deportivo. Difícil de asimilar, solo queda subirse a la ola y disfrutarlo. Siempre sin perder la brújula, sabiendo de donde se viene y preparados para cualquier contingencia adversa. Y el segundo… tres mil personas en el Palacio para presenciar una nueva victoria del Basquet Coruña.
Intuyo que hay posibilidades, pero si se quiere realmente tener un equipo de ACB, lo visto este fin de semana debe ser tónica habitual. Bien merece un esfuerzo de imaginación, ya que todo tiene un coste y buscar el arropamiento desde la grada. Estilo Fernando Vázquez.
Como siempre un placer.