HABRÁ alguien todavía que tenga dudas de que LaLiga ha cometido una infracción y un presunto delito por no aplicar sus propias normas? No creo que se dude a estas alturas de la película que algo huele a podrido en todo este asunto, ya que no es de recibido desplazar a un equipo a otra ciudad a sabiendas de que en la expedición ha habido positivos de Covid-19 y, para rizar más el rizo, partieron sin su propio médico, incumpliendo así lo establecido por los propios protocolos de seguridad de la Liga de Fútbol Profesional. Y se armó.
Javier Tebas vendió la ‘moto’ a la Federación Española y al Consejo Superior de Deportes de que era mejor suspender un partido y no toda la jornada, porque para el presidente de la patronal el dinero está por encima de la propia salud, ya que de lo contrario la última jornada no se disputaría.
Sin embargo, la cosa no salió como el presidente de LaLiga pensaba, porque el Depor puso el grito en el cielo al igual que otros clubes, principalmente el Numancia. Pero el plano deportivo no solamente era el quebradero de cabeza de Tebas. Como una riada, el Fuenlabrada comenzó a dar más positivos durante su estancia en A Coruña y actuó de forma inmediata el Sergas, que obligó al equipo a confinarse en el hotel de concentración cuando el club madrileño pretendía poner tierra de por medio y regresar a Madrid el mismo día que llegó.
Ahí se lío todo. Denuncia ante la Fiscalía, Comité de Competición y a la propia Liga. La chapuza, muy propio en este país, estaba servida. Javier Tebas, a la vista del cariz que estaba tomando los acontecimientos, asumió la responsabilidad de haber consentido el viaje del Fuenlabrada, en un intento de ‘tapar’ la acción del club madrileño, que teme que lo echen de la categoría. Todo irá por la vía judicial, salvo que a última hora todo se arregle con un pacto y se acepte compensar al Depor y Numancia.