Seguimos en situación anómala, tanto en la vida normal como en lo que afecta al mismo deporte. Nadie se siente cómodo así, nadie quiere esta situación, pero el bien común nos obliga a obedecer los consejos de las autoridades sanitarias. Entre pitos y flautas llevamos ya casi un mes de “recogimiento casero” y, según la intervención de ayer del presidente del Gobierno nos espera, al menos, otro mes más de paciencia, “paciencia deportiva”, como decíamos en una de nuestras últimas columnas.
Las ganas hacen que algunos equipos alemanes planifiquen la vuelta a los entrenamientos, pero eso no significa nada mientras que los organismos continentales no lleguen a determinados acuerdos que hagan que se reanuden las competiciones futbolísticas, siempre con el aval de los máximos responsables de la salud pública. Por eso, esos entrenamientos de cuatro en cuatro o de ocho en ocho no pasan de ser anécdotas en estos días. Los ingleses, por su parte, asumen que hasta mediados de mayo no se podrá iniciar nada y se preparan para arrancar durante esas fechas.
La planificación sí se puede realizar a medio y largo plazos. Ahí sí que podemos ser más optimistas que cuando hablamos de los próximos meses de mayo o junio. Aun así, nadie pierde la esperanza –y parece que es el lógico objetivo de todo el mundo- de concluir las competiciones. Otra cosa no dejaría de ser injusto para unos o para otros e incluso podría influir de alguna manera en la confección del calendario de la próxima temporada. Y en alterar eso no se quiere mojar nadie, como es natural.
Desde nuestra última columna otra baja significativa ha tenido el mundo del deporte. Se trata de Radomir Antic, un jugador que llegó del fútbol yugoslavo y turco, casi con 30 años, y jugó en el Zaragoza, donde destacó por su elegancia como líbero. Finalizó su carrera en Inglaterra. Después, como entrenador, dirigió, entre otros, a Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Con este último logró un muy recordado doblete (liga y copa) a finales de los años noventa. Habitual comentarista en tertulias y transmisiones deportivas será recordado siempre en el fútbol español.
Y nosotros también estamos con ganas de que se reanuden las competiciones. Es nuestro deseo y esperamos que todas las versiones optimistas lanzadas tanto por la FIFA como la UEFA se cumplan totalmente. No sería justo dejar sin resolver competiciones a las que en su mayoría les falta únicamente una cuarta parte de su desarrollo.