Habló fernando vázquez y dijo que el presi, su tocayo y de apellido Vidal, le respaldó y que le explicó sus declaraciones a los medios de comunicación. En una palabra, que él y su Consejo de Administración confían en el de Castrofeito, como ya había dicho en público días atrás.
Vázquez vino a decir que se sentía un pelín dolido por aquello de que saliera su nombre a la palestra por el ridículo más espantoso de la historia del RC Deportivo, tras perder ante los chavaliños del filial del Vigo. Vamos, que se lo tomó a pecho e imagino que lo dejó muy sensible.
En la sala de prensa él mismo dice una verdad como un templo, que “no me siento cuestionado” y su situación la llegó a comparar al actual técnico del Real Madrid: “Hace nada Zidane estaba para tirar a la basura y ahora es intocable”, sentenció. Pero la clave la da cuando dice que “lo que me sorprende es que no por una racha, sino por un solo partido, salte mi nombre”. Efectivamente, fue por un partido por lo que su nombre saltó a la palestra. Pero no para cuestionar su continuidad como él se lo tomó, sino para criticarle por el juego y actitud de su equipo ante unos críos. Se repitió la misma historia con el Extremadura, que la penosa actuación del equipo acabó con las esperanzas de la permanencia en Segunda. En fin, menos dramatismo y más realidad. El Depor está en manos de Barral y Vázquez, los dos únicos responsables de devolver al equipo al fútbol profesional. No hacerlo sí que sería un fracaso de ambos.