Pues parece que Riazor va a quedar muy chulo después de que se acometa la reforma de las cubiertas, muy necesarias por lo deterioradas que están por el paso del tiempo y, si me lo permiten, por la dejadez en su mantenimiento con parcheos para salir del paso cuando el temporal castigaba lo suyo.

La obra de las cubiertas del estadio blanquiazul era la gran asignatura pendiente desde hace décadas. Así hay que reconocer el esfuerzo del actual Gobierno municipal, que pilló el toro por los cuernos para solucionar una vieja reivindicación que los políticos de María Pita hicieron oídos sordos durante años. Ayer la Diputación anunció que echaría una mano aportando un millón al concello en este cometido.

Riazor es uno de los iconos de la ciudad herculina gracias a los éxitos deportivos de la entidad blanquiazul

El Deportivo, por su parte, dijo que correría con los gastos de poner bonito el exterior, pero ya anunció el presidente que eso lo haría cuando tuviesen unos euros de más en su maltrecha economía. Por cierto, iba siendo hora que las relaciones entre club y ayuntamiento se normalizasen de una forma correcta, ya que durante mucho tiempo mantenían un diálogo para besugos. Riazor, gracias a la entidad blanquiazul, es un icono  muy importante de A Coruña y es normal encontrarse a turistas inmortalizándolo haciéndose fotos. Era hora que se le cuidará. Por fin.