Salvada la categoría gracias al impagable servicio de los tres equipos descendidos, toca preparar la próxima temporada. Esta planificación es indispensable hacerla con una mirada a más largo plazo que define el modelo de Club que se persigue.
La imagen de indolencia transmitida en los últimos encuentros poco o nada colabora en aplacar los ánimos de una afición cada vez más cansada de ver un equipo sin alma y un Consejo que se asoma muy poco en los momentos críticos.
La semana pasada la peña Riazor Blues lanzaba un comunicado que clamaba por recuperar el espíritu del Club que, en los buenos y malos momentos, encandilaba al graderío. Ni un pero a sus pretensiones, propias deun sentimiento blanquiazul innegable. Destacar también que eligieran para dar publicidad a su escrito un momento en el que el Depor estaba salvado.
Cuando una parte importante de la afición reclama mayor compromiso a quienes visten la camiseta del RCD es que algo no funciona. No demandaban resultados, ni títulos sino algo más importante: que los jugadores sientan los colores.
...Queda el consuelo de pensar que teniendo el décimo sexto presupuesto de la Liga, hemos quedado décimo sextos...
Y no les falta razón. En las últimas temporadas han pasado por el vestuario una serie de futbolistas, entre cedidos y fi chados, que poco o nada aportaron al conjunto. Algunos utilizaron la camiseta como escaparate que los catapultara a otros clubes. Otros sencillamente vinieron a pasar el año.
Vale que el objetivo de la temporada fuera la salvación.
Cierto que el tope salarial condiciona la confección de la plantilla pero hay que modelar el Club, ser fiel a un proyecto que permita, poco a poco, configurar un equipo con personalidad y que responda a un estilo de juego y de estar en la cancha.
En estos días se habla de las posibles ofertas que hay sobre los jugadores más destacados que, en el caso de venderlos, contribuiría de manera perversa a empeorar la plantilla. Dejamos marchar lo bueno que tenemos y fichamos medianías, una fórmula que conduce inequívocamente al fracaso.
Volveremos a escuchar en mantra de todos los años. Que si viene tal jugador que tienes unas referencias fantásticas o tal entrenador que ha firmado un trabajo magnífico en no sé qué equipo, para al final darnos cuenta que somos peores que al año pasado.
Siempre queda el consuelo de pensar que teniendo el décimo sexto presupuesto de la Liga, hemos quedado décimo sextos. Bien. Personalmente creo que un Club con más de veinte mil socios y una ciudad que lo apoya debería de tener un proyecto con mayores pretensiones y no la pobreza que transmite el equipo actual.