Pues se acabó la copa. Los protagonistas en el Depor parece que se sienten como aliviados, felices de centrarse en la competición liguera que, como es lógico, tiene mayor importancia por el objetivo que se persigue: el ascenso de categoría. En definitiva, el regreso al fútbol profesional.
No sé si los aficionados también tienen esas buenas sensaciones que ayer transmitieron los profesionales del primer equipo lanzando frases como que “se ha ganado en general autoestima”. Vamos, que salieron reforzados de la derrota, porque “se pudo controlar a un Primera”.
Claro que el Alavés dejó jugar a un Depor motivado para acabar resolviendo con un solitario gol, suficiente. Cuando comprobó que la llama local fue a menos, sentenció la eliminatoria. Al menos, no hizo el ridículo como el Celta, Getafe o el Atlético de Madrid al caer ante equipos de tercera categoría.
Está genial que el Depor haya dado la cara ante un Primera, hasta creo que fue merecedor de algún gol en el primer asalto del duelo, sin embargo no hubo suerte. Pero tampoco era un objetivo prioritario para Fernando Vázquez seguir en la Copa, como ya lo había dejado claro en su momento.
El técnico, que sigue recordando sentirse respaldado por el presidente del club coruñés, acuñó el miércoles una frase que sí gustó y mucho: “La realidad hay que afrontarla, somos favoritos en Segunda B y hay que demostrarlo”. Pues eso es lo que importa y bueno es que al menos él lo tenga claro. Todos estamos en esa línea. A por ello.