Riazor miró al banquillo. Sus iras se descargaron sobre la espalda de Pepe Mel, con razón, porque se entiende que hay equipo para más. Cristóbal, con poco tiempo para enmendar errores anteriores y malos hábitos adquiridos, hizo lo que pudo en apenas seis horas de trabajo, pero evidentemente no es suficiente. Habría que realizar otra pretemporada para activar a un plantel tan anárquico como, a veces, desquiciado.
Todos esperamos que el nuevo cuerpo técnico lo consiga pero, independientemente de lo que pase, la ley del fútbol, esa que no está escrita, ha comenzado a mirar y a señalar a la dirección deportiva.
Urge variar la tendencia de este elenco de jugadores que ha de ser más equipo
Esta parcela tendrá que asumir sus errores, después de que anoche las críticas arreciasen en todos los foros. Así funciona este deporte.
Mientras tanto, urge variar la tendencia de este elenco de jugadores que tiene todo de elenco pero ha de ser más equipo. La demostración palpable se pudo ver ayer en Riazor. Está claro que Mel no podía seguir y Cristóbal se merece la oportunidad. Pero hay que hacer autocrítica y también tener fe, desde el que menos juega al ‘supertitular’. El camino es el trabajo pero, sobre todo, la entrega en cada minuto de cada partido y cada entrenamiento.