Pues se armó una buena. La Real Federación Galega de Fútbol (RFGF) ha tomado la determinación de iniciar las competiciones autonómicas y la polémica ya está sobre la mesa. En su día, el mencionado ente había enviado a la Xunta su protocolo de protección para iniciar los distintos torneos de su competencia y, una vez aprobados por la autoridad, decidió iniciar las ligas hasta la Primera Autonómica. Para ello dio un plazo de seis días para formalizar la inscripción, ya que de lo contrario la RFGF podría tomar la determinación de descender a aquellos clubes que no lo hiciesen, y la liaron.
El miedo es libre, así que es respetable que algunos clubes hayan pasado por ‘caja’ para pagar las licencias, que de eso vive la federación. Pero también hay otros sensibles con la actual situación de la pandemia y consideran que es una temeridad exponer innecesariamente a los chavales a ser contagiados de coronavirus. Es una cuestión sanitaria. Muchos padres tampoco quieren que sus hijos, algunos de los cuales ni pueden abrazar a sus abuelos, viajen por Galicia para jugar sus partidos. Así que es comprensible la postura de aquellos que se niegan a jugar estando todo como está. Por ello, el regidor de la RFGF, Rafael Louzán, tiene un serio problema al necesitar ingresos por las fichas, que, además de dinero, mueven subvenciones, pero hay clubes que consideran que la salud de sus jugadores está por encima de todo. Amenazarlos con sancionarlos es muy de torpes. Pero en el deporte hay mucho de esos. Que tristeza.
