Este confinamiento obligatorio nos está obturando también la mente. Y está levantando, en algunos casos, un acusado ramalazo caciquil no sólo en el Gobierno sino en determinados sectores deportivos españoles. A este paso, los psiquiatras van a adquirir un protagonismo superior al de Argentina.
Una de las cacicadas más llamativas de estos días ha corrido a cargo de la Federación Española de Patinaje, que acaba de regalar el título de la liga de hockey sobre patines al Barcelona, saltándose un “play off” que hubieran debido jugar los primeros clasificados de la liga regular, ya que así estaba planificado desde principios de temporada. El cacique, hay que nombrarlo con letras bien grandes, se llama Carmelo Paniagua, máximo responsable federativo, que lleva en el cargo quince años.
Cuentan los enterados que entró en el entorno federativo en contra del hockey catalán, no en vano dicen que fue el mayor abanderado de la Federación Española a la hora de defender un mensaje de unidad nacional ante la Federación Internacional y frente a la Catalana. Conocida es su frase de hace unos años: “Cataluña es España, guste o no”.
Gobernar el hockey sobre patines sin los catalanes es muy difícil, no en vano el noventa por ciento de los clubes principales son de esta región y ejercen su poder en consecuencia. Como ha ocurrido esta vez. Paniagua –nada que ver con aquel jugador internacional de baloncesto del Real Madrid- tiene que dar una explicación alta y clara. Hay que dar la cara y explicar qué razones le han obligado a tomar esa decisión tan parcial. Pero, por mucho que haya favorecido al Barcelona, los clubes catalanes lo tienen en su punto de mira y debe de cuidar su futuro, aunque nos tememos que tras la decisión tomada, el único camino digno que le queda por tomar es el de los vestuarios, facilitando el paso al siguiente.
La reacción del Liceo, herido de gravedad por la Federación, no ha tardado y su directiva ha saltado a la palestra anunciando, entre otras, posibles soluciones de urgencia ante tamaño ultraje deportivo. Y entre ellas se les ha ocurrido una original: participar en la Liga de Portugal, siempre por la vía legal, pidiendo todos los permisos pertinentes en España y en Europa.
Las primeras reacciones a nivel nacional han dejado entrever perplejidad y molestias porque la ausencia del Liceo dejaría la Liga española en una competición cuasi local. Y para los coruñeses jugar en Portugal tendría muchas ventajas: la principal, que no habría equipos catalanes en la competición.