Siempre que la política toca el deporte se arma un lío del demonio. La FIFA entiende que en nuestro país hay interferencias políticas en todo el episodio ocurrido en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Y es verdad, el inolvidable exsecretario general para el Deporte Miguel Ángel Cardenal se empeñó en cargarse al todopoderoso Ángel María Villar del balompié patrio.

A Villlar hubo que recurrir a la Justicia para tratar de apearlo de la poltrona del fútbol español y de muy malas maneras

Claro que Villar se cansó de ganar elecciones, a pesar de la política de acoso y derribo desde el Consejo Superior de Deportes en la etapa anterior a Lete. En la última cita electoral fue reelegido para su octavo mandato con 112 votos a favor, 6 nulos y 11 en blanco. Pero en apenas dos meses después, el 18 de julio, el presidente electo fue detenido como presunto implicado en la ‘Operación Soule’ que instruye la Audiencia Nacional, acusado de delitos de presunta administración desleal, apropiación indebida y estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares. Así que tuvo que pasar un tiempo en prisión.

La FIFA investiga si  hubo ‘motivación política’ contra el expresidente. De lo que se resuelva, dependerá la selección española si disputa el Mundial de Rusia de 2018. Así que Rajoy ha cursado instrucciones de que el CSD se ‘olvide’ de Villar y compañía. Por si las moscas. Más líos no quiere.