Después de jugar con Granada y Sevilla y no conseguir resultados satisfactorios y haciendo bueno el dicho "a la tercera va la vencida" hemos conseguido ganar al tercer equipo andaluz al que nos enfrentamos en las tres últimas jornadas. Por fin, hemos vuelto a ganar un partido, y además ante un Málaga que es uno de los equipos que están en los mismos puestos que el Depor. Lo verdaderamente importante era el momento en que llegaba, pues después de unas cuantas jornadas sin buen juego y con malos resultados se hacía importante además de necesario ganar en casa para brindar el resultado a una afición que no deja de sufrir.
Ayer el Depor no jugó bien, pero ganó. En fin, no vamos a profundizar en el juego desarrollado y si disfrutar de los tres puntos conseguidos en un momento en que ganar era lo más importante. Parece que esta victoria puede y debe hacer recuperar la confianza a la plantilla blanquiazul para así tener un final de liga un poco más tranquilo que temporadas anteriores. Los que vamos al estadio y somos del Depor sabemos que sufrir es uno de los condimentos de fútbol, pero no por ello vamos a renunciar a intentar buscar la paz.
A parte de los tres puntos cosechados ante el Málaga el autentico protagonista de ayer en Riazor fue el exjugador deportivista y brasileño Mauro Silva. El seis blanquiazul recibió un merecido homenaje en su vuelta a la ciudad que lo acogió durante trece años y donde conquistó con el Deportivo dos Copas del Rey, tres Supercopas y una Liga, amén de disputar un montón de partidos de competición europea donde la Champions League se llegó a considerar escenario habitual.
Si volvemos atrás en el tiempo recordaremos que Mauro Silva llegó con Bebeto a La Coruña para hacer grande al Depor. Lo cierto es que lo hicieron grande cuando ellos dos ya eran grandes en el panorama internacional. La afición deportivista ayer homenajeó al centrocampista brasileño por su buen hacer y dedicación al Real Club Deportivo. Ayer, incluso los más jóvenes que no lo vieron jugar, aplaudieron y sabían quién era Mauro Silva, la leyenda del futbol mundial. Todos los blanquiazules debemos agradecer la confianza que demostró un futbolista de la talla de Mauro al venir a un Depor que la temporada anterior había estado jugándose el descenso hasta el último momento.
Los que tenemos memoria, cosa muy importante en la vida, sabemos que aquello marcó un antes y un después en lo que a contrataciones se refiere. El que Bebeto, Mauro Silva y Donato jugasen en el Depor tenía un significado especial para todos aquellos futbolistas que eran pretendidos por un Augusto César que siempre voló alto y creyó en su proyecto. Es necesario apuntar que si Mauro no hubiese recalado en el Depor otros grandes como Rivaldo, Flavio, Djalminha o Sampaio entre otros tampoco hubiesen fichado por el conjunto deportivista.
En fin, yo soy de los que creo que el homenaje y presencia de Mauro en el centro del campo de Riazor durante el descanso del partido nos dio fuerza para creer en un proyecto que comenzó hace muchos años. El espíritu de aquel SuperDepor estuvo presente en el estadio para ayudar a un equipo que no se parece en nada al del año 1992 cuando llegó Mauro y nada al del 2005 cuando volvió para Brasil. ¡Forza Depor! y ¡Viva el SuperDepor!