La pasada semana y como cabecera, les exponía la necesidad de un cambio radical en la gestión deportiva blanquiazul. Es más… apostaba decididamente por la presencia de Fernando Vázquez en el banquillo para salvar una situación que comienza a ser crítica.
El Consejo de Administración optó por otra vía gallega, la de Luis César Sampedro. La verdad es que no me desagrada. Curtido en mil batallas, con las ideas muy claras y un hombre al que nadie le regaló casi nada. El expresidente ferrolano Isidro Silveira lo tuvo claro en su momento, cuando lo subió directamente desde la portería a dirigir el “banquillo” del cuadro departamental.
Sigo manteniendo la misma línea, pero me gustaría puntualizar algún aspecto, teniendo en cuenta lo presenciado en estos últimos días. Por si le sirviese de algo al nuevo inquilino…
Gran parte del deterioro del Sr. Anquela hacia el exterior, se originó por no saber vender el producto propio. Hoy en día la imagen es fundamental para sobrevivir en mundos tan complejos como lo puede ser el fútbol. Hay que cuidar mucho las apariciones públicas, las ruedas de prensa y las expresiones en el banquillo. Si a eso añadimos las imágenes de los abrazos con los jugadores en Abegondo en el entrenamiento de recuperación, donde más que una puesta a punto parecía un velatorio donde se recibía el pésame… ya me contarán.
Y por último, exteriorizar la limitada calidad de la plantilla que tuvo el técnico andaluz. Los fichajes “estrella” que le fueron entregados en sus manos no demuestran el nivel suficiente para afrontar una competición tan dura como lo es esta segunda división.
Si realmente se quiere dar un paso al frente, es fundamental afrontar en enero (si los cuartos lo permiten) una reestructuración de la plantilla. La incorporación de nuevos peones es primordial para poder acabar la temporada en las mejores condiciones.
Lo que paralelamente se debe magnificar, es la espectacular puesta en escena de la afición, respaldando a su equipo en los peores momentos de los “ultimísimos” años. Todo un lujo.
Cambio de tercio. El VAR. Que decepción me estoy llevando con la manipulación orgánica que se está haciendo con este engendro, el que nos iba a devolver la justicia deportiva sobre el césped.
Lo encajo en aquella sentencia suscripta en Roma por Cayo Julio César: “La mujer del César no solo debe de serlo… sino parecerlo”.
Las vías de agua aparecen por todas partes. Desconexiones parciales de 40 min. en determinados partidos, la guerra de concesiones entre la liga y la federación, donde aparecen imágenes manipuladas que conllevan durísimos ataques mediáticos…
Después y sorprendentemente, unas veces se quiere visualizar determinadas jugadas y otras no. El ejemplo más descarado es la del penalti escamoteado al Deportivo en Cádiz. ¿Por qué el árbitro, de “despacho”, no quiso avisar si lo estaba viendo?. ¿O no tenía la imagen en ese momento?. Saltan las dudas.
Este fin de semana le tocó la “china” al Leganés. El VAR “pita” penalti y todo el mundo observa que es fuera del área. Se tira y se sitúa el 0-1 para el Levante. La presidenta madrileña solicita la repetición del partido desde el minuto en el que se “manipuló” el resultado.
Pero ya se sabe que en este país, para algunas cuestiones, nunca pasa nada. ¡¡¡Pero es una vergüenza!!!. A ver si se entera alguien.
Ahhhhh!!!... se me olvidaba. ¿No podría pararse también la segunda división cuanto hay jornada de selecciones?. Digo yo.
Como siempre un placer