Ayer leía con suma atención el informe que José Carlos Tuñas, en estas mismas páginas, nos hacía llegar sobre el futuro organizativo del atletismo. La transformación que muy pronto imperará en esta disciplina deportiva.

Las televisiones (el actual poder económico en el deporte de élite) pretenden, a través de la IAAF, llevar el desarrollo de las distintas competiciones a un resumen final. Es decir, los sistemas clasificatorios actuales desaparecerían y sólo se ejecutaría el enfrentamiento entre la supuesta élite. El máximo representante federativo se encargaría, bajo determinados baremos, de ir anulando participantes desde la base.

Tal y como nos lo exponía Tuñas, puede ser una auténtica catástrofe para el atletismo gallego y nacional.

Nuevamente los intereses económicos se anteponen a la promoción del deporte establecido. Ya se sabe que todo es debatible. Se dirá que hay que adaptarse a los nuevos tiempos, que la vida cambia. Pero soy de los que digo, que nunca se debe cambiar para peor.

Pero llegados a este punto y a este ritmo, ¿No habrá que cambiar el sistema?. ¿Para qué van a servir las actuales federaciones?. ¿Cuál será su papel en el futuro?.

En el baloncesto se está viviendo un drama similar. La FIBA y la Euroliga luchan por su espacio. Las leyes españolas imponen la obligatoriedad de participar con la Selección, los Clubs no están por la labor de cesión. El máximo dirigente deportivo español nos dice que la ley no se va a aplicar, que hay que negociar. Es hora de actuar, de eliminar los paralelismos y saber que cartas juegan cada uno. Los deportistas, los que sufren el día a día del esfuerzo personal, no merecen estar en manos de los que sólo les preocupa el ‘debe’ y el ‘haber’ de la contabilidad de su empresa. El deporte es otra cosa, o yo lo veo así.

Cambio de tercio, o mejor dicho de polémica. Imagino que serán mensajes envenenados para ver qué pasa, pero sería de traca que el juez de turno admitiese el recurso de Ángel María Villar para volver a la presidencia de la Federación de Fútbol. Volver a verlo entrar por la puerta, como presidente, a algún directivo o empleado le supondría tener que pasarse por la UCI. En este país, puede pasar de todo.

Punto y seguido. El día que alguien analice con frialdad y profesionalidad independiente, la política de fichajes que se viene realizando en la cantera deportivista, supondrá encontrarnos con grandes sorpresas. Pero como este trabajo no tiene ‘altavoces en estéreo’, los que se mueven entre bambalinas, viven como ‘dioses sagrados’. A la ‘gran masa’ se le engaña fácil con dos pinceladas del ‘amigo de turno’.

Munúa llegó, dirigió, perdió y se quejó. Adujo que no pudo preparar el partido, pues le llevaron a ‘sus’ jugadores para el primer equipo. ¿Pero a este hombre, que llegó de las Américas, nadie le dijo a lo que venía?

Como siempre un placer.