Me viene llamando mucho la atención ese constante hablar del fútbol, sus movimientos y hasta poner en marcha competiciones que suenen a campanillas europeas. Como en tantos otros frentes ahí la mano de un llamado presidente de LaLiga, que no es otro que Javier Tebas, que tanto perjudicó al Deportivo eliminándolo, taimadamente, del fútbol profesional para incorporarse a la Segunda División B, y ahí está peleando por ocupar su sitio en la categoría nacional que se merece.
No se entiende, sino, que a estas alturas se anda dando vueltas a la situación planteada en su día, allá por el mes de junio pasado, y abriéndole las puertas de nuevo a Javier Tebas y compañía, mientras el Deportivo lucha a muerte por escapar de la situación deportiva que ocupa actualmente y que, por cierto, no se merece ni mucho menos. Ahí se han empeñado los autores, nombrados oficialmente por no sé quién, pero que le están causando mucho daño a un campeón Liga (1999-2000) y dos veces campeón de la Copa del Rey (1995 y 2002).
El Deportivo ocupa el duodécimo puesto en la clasificación histórica de la Copa del Rey. Casi nada..., pese a que a muchos les duela. Por eso insisto, una y otra vez, que a sus espaldas buen daño que le vienen haciendo todos esos listillos y aprovechados que se han incorporando a altos cargos, inventados por cierto, que han ido escalando poco a poco hasta atacar por todas partes a los clubes que, por una u otra causa, no les caen bien.
De lo contrario que, unos y otros, nos aclaren el porqué de sus intervenciones en cuestiones deportivistas.
De ahí que vuelva a insistir en que el Deportivo y la ciudad de La Coruña, merecen militar, cuando menos en Segunda División A, por muchas zancadillas y piedras que le pongan esos nuevos dirigentes que han ido surgiendo poco a poco.
A partir del próximo 10 de enero, del Año Nuevo, el Deportivo tiene que meterse de lleno en la lucha por asegurarse en esa situación que se merece el deportivismo.