A todos nos gustaría ver más jugadores de la cantera en el Deportivo, o al menos alguno, mas la situación de la base blanquiazul es la que es, hay futbolistas con talento y se ha dado un paso adelante con el ascenso del Fabril a Segunda B, pero todavía no es suficiente para irrumpir con fuerza en Primera División.
Independientemente de que un entrenador apueste más o menos por los jugadores jóvenes, hay circunstancias que marcan un desembarco de canteranos en un plantel. Normalmente son económicas; cuando no estás bien, tiras de lo que tienes en casa. Luego todo cambia.
Para que una cantera dé sus frutos hace falta paciencia; en el club, en el entrenador, en el canterano en cuestión y en la afición
El ejemplo de futbolistas que tienen que hacer la maleta al no encontrar acomodo en el club de formación es claro. En este verano se habla de las posibles salidas de Juan Domínguez y Álex Bergantiños, dos pilares del último ascenso del Deportivo, dos jugadores de la casa, queridos por la afición, que se van viendo cada año más relegados a medida que el listón del primer equipo va subiendo en cantidad y calidad. Y además está la paciencia, rara virtud en el fútbol. Para que una cantera dé frutos tiene que tenerla el club, el entrenador, el canterano en cuestión y la afición. Mucha paciencia a repartir. Demasiada.