El guardián de la portería blanquiazul, Dani Giménez, hace autocrítica, reconoce que la destitución de Natxo González ha sido un fracaso colectivo, valora el aire fresco que ha aportado José Luis Martí y expresa su confianza en el ascenso del Deportivo. Él cree y espera que su forma de pensar la avalen los resultados del equipo en las próximas jornadas del campeonato.
¿Cómo os sentisteis con la destitución de Natxo?
Nos lo hemos tomado como un fracaso. Evidentemente es una responsabilidad compartida entre el cuerpo técnico y los jugadores, pero fueron unos días difíciles porque a nadie le gusta que destituyan a la persona que te ha estado guiando desde pretemporada y sabiendo que la culpa es compartida, sin lugar a dudas. El equipo no estaba bien, había que buscar un cambio y el club decidió cambiar de entrenador. Los jugadores pensábamos que el cambio tenía que pasar por nosotros.
Nos hemos tomado la destitución de Natxo como un fracaso
Tiene que ser muy duro ver que se resquebraja un proyecto tan ambicioso.
Hay que ser realistas. Hemos estado muy pocas jornadas en ascenso directo y los dos últimos meses nos han penalizado muchísimo, sobre todo, en casa. No hemos estado finos, no hemos sacado puntos y es cierto que la confianza se va minando, juegas con más tensión, con muchísimas dudas y ves que se cambian sistemas y jugadores y el equipo no sale adelante. Estamos intentando hacer todo lo posible, pero no nos está llegando, entonces hay que trabajar más, cada uno centrarse en lo que está haciendo mal para ir sumando poco a poco al equipo. Son cosas que se suelen decir cuando hay estos baches, que el nuestro es muy largo, pero es que es así. Ya de nada sirve ahora centrarse en el objetivo o en lo que no hemos sido capaces de hacer. Es mejor centrarse en cada partido y lo que nos toca es ganar al Extremadura, no hay otra cosa. Si la gente se olvida un poco de eso y de lo que ha rodeado al equipo, la gente jugará más tranquila y mejor.
¿Todavía seguís pensando que es una de las mejores plantillas de Segunda?
Creo que somos mejores de lo que estamos demostrando ahora y pienso que no hay una plantilla más compensada que esta, pero es cierto que no lo hemos demostrado. Las plantillas y los equipos se demuestran jugando y más cuando llevamos tiempo sin el juego esperado y sin las victorias. El cambio de dinámica pasa por ganar al Extremadura y la gente se va a encontrar mejor para otra vez volver a hacer nuestro fútbol. Estamos trabajando muchísimo, los entrenamientos en las últimas semanas están siendo muy intensos, trabajando conceptos nuevos con Martí y hay que ponerlos en práctica. La semana pasada, en Pamplona, empezamos bien, pero es cierto que en cuanto nos metieron los goles, pasamos a ser otra vez un equipo con dudas. Tenemos que hacer mucho más para ganar porque los otros equipos están a un nivel competitivo mucho más grande que el nuestro.
En Pamplona, empezamos bien, pero pasamos otra vez a tener dudas
Da la sensación de que mientras que los otros equipos han ido evolucionando, vosotros habéis ido a menos.
Es la verdad. Aunque en algún partido puedes salvar a algún jugador puntual, como bloque no estamos compitiendo bien. Son detalles que nos penalizan, pero están pasando. En Pamplona hubo un cambio a mejor, sobre todo en los primeros minutos, pero también habíamos tenido minutos buenos anteriormente y no acabábamos de rematar los partidos y de cuajar un buen encuentro completo, estar los 90 minutos concentrados y con esa soltura que te permite tener también el balón y no estar siempre pendiente de dos o tres jugadas individuales para poder encauzar un partido. Nos está faltando ser más competitivos y con balón tener las ideas más claras y soltarnos más.
Hemos corregido errores que cometimos el pasado fin de semana para no repetirlos
¿Qué sentís que ha cambiado con el nuevo entrenador?
Cuando llega una persona nueva, lo hace con una ilusión renovada. Él no tiene culpa de lo que ha pasado antes de su llegada, por eso los jugadores nos aferramos un poco a esa ilusión. Nosotros teníamos claro que no iba a ser llegar y besar el santo, pero estamos entrenando muy bien y el equipo está con una intensidad enorme en los entrenamientos en el día a día, y gente que antes tenía más difícil jugar y que no entraba en las convocatorias ahora está apretando y al final todos nos vemos de alguna manera empujados por esa nueva ilusión. En una semana no se pueden trabajar esas cuatro o cinco cosas que son características de él, pero ahora estamos teniendo más tiempo y hemos corregido errores que hemos cometido el pasado fin de semana para no repetirlos. Además, jugamos en casa y todo el mundo está deseando jugar para demostrar que no somos tan malos como parece los últimos meses.
¿Cómo es el nuevo técnico?
Una persona cercana al jugador, clara, que también es importante, y, sobre todo, se ha centrado mucho en nosotros, en que nos soltemos y hagamos tres o cuatro cosas, aunque al final lo importante es que el jugador sea capaz de plasmarlas en el campo. Son unas pautas que él considera básicas para que el equipo funcione, como pueden ser la presión alta, saber cuándo la línea tiene que estar adelantada y cuándo replegarnos… son cosas que con el paso de las semanas iremos haciendo mejor y que al equipo le van a venir muy bien, pero sobre todo esa limpieza de mente, de estar tranquilos.
Dimos un pequeño paso, pero aún nos falta un mundo para competir con un equipo como el Osasuna
¿Cómo pesa en el vestuario veros fuera de la zona de ascenso por primera vez desde la quinta jornada?
A nadie le gusta, pero la única manera de ganar y de no tener esa frustración es centrándonos en el partido con el Extremadura. Hay una máxima que se dice siempre que cada jugada no se vuelve a repetir. Pues eso, hay que cumplir esa máxima y disputar cada jugada, querer ganar los duelos individuales, querer marcar nosotros primero, estar concentrados en cada córner y en las jugadas de estrategia hacer lo que se nos pide… tener un rendimiento óptimo en cada jugada, porque si no te enganchas al partido, nos pasa lo que nos está sucediendo las últimas semanas, que llegas a los minutos finales con el miedo a que se nos escape el partido. El otro día, dimos un pequeño paso en ciertos aspectos, pero aún nos falta un mundo para poder competir con un equipo como el Osasuna, que está dando un nivel súper alto. Tenemos que ser un bloque mucho más competitivo y fuerte y es en lo que está centrándose el míster estas dos últimas semanas.
La preparación emocional que estábamos teniendo no era nada buena y hace falta autocrítica
¿Aún es posible soñar con las dos primeras plazas de la Liga?
Hay que centrarse en los partidos porque esta es una liga rara porque puedes ganar dos partidos seguidos y que el de arriba pinche y te reenganches de nuevo a la pelea por el ascenso directo, pero si empezamos a pensar en eso, otra vez nos va a poder esa pequeña tensión que no ha ayudado al equipo. La preparación emocional que estábamos teniendo no era nada buena y hace falta autocrítica, que siempre es bueno tenerla y hay jugadores a los que les puede a nivel emocional ver las cosas que hace mal. Este equipo, por lo que sea, no estaba preparado para esto y en eso estamos centrándonos ahora, en el aspecto psicológico con gente nueva y en el campo también con gente nueva.
¿Qué le dirías a los deportivistas que han perdido la fe en el equipo de cara a las últimas ocho jornadas?
Solo les puedo decir que yo no he dejado de creer y, quien me conozca, sabe que soy una persona sincera. No sé si vamos a ser primeros, que es prácticamente imposible, segundos, si vamos a entrar en el playoff o vamos a barrer en todos los partidos, pero yo sigo creyendo en este equipo. El que quiera aferrarse a mis palabras, me parece bien, pero prefiero que se aferren a los hechos y que en dos o tres semanas, volvamos a hablar y que la alegría en el equipo sea otra y que la ilusión se haya renovado porque el objetivo lo tenemos ahí aún.
La gente está desilusionada por lo que lleva arrastrando
El domingo volvéis a Riazor, donde solo habéis ganado un partido en la segunda vuelta. ¿Jugar en casa ahora mismo es una pesadilla para vosotros?
Seguramente la ansiedad que le pueda entrar a algún jugador que no se encuentra cómodo en Riazor no es la misma que podamos tener Álex, yo o gente a la que le están saliendo mejor las cosas. Un poco por experiencia o por estado de forma, afrontas los partidos de otra manera, pero yo no pienso que la gente de Riazor sea culpable de nada, sino todo lo contrario. La gente está desilusionada por lo que lleva arrastrando los últimos años, parecía que este era el año de la ilusión y de la noche a la mañana se trunca todo. Por eso tenemos que entender a la afición de Riazor. Pero estoy seguro de que si les damos dos o tres partidos buenos, se van a reenganchar. Es feo hablar de la gente cuando ellos no tienen la culpa, igual que ver pasar un entrenador tras otro cuando al final los jugadores seguimos siendo los mismos y no sacamos esto adelante. Debemos ser autocríticos y apretar los dientes, no queda otra.
¿Os perjudica que al Extremadura le dirija un técnico que hasta hace dos meses trabajaba en el Depor?
No, porque realmente ahora lo estamos simplificando todo, la manera de jugar, el sistema incluso. Nos están dando todo masticado para que el jugador dé todo su potencial. Hoy en día los equipos están todos muy estudiados. El Depor, lo mismo, si juega bien, es muy difícil que alguien nos gane. Lo que tenemos que hacer es, de una vez por todas, jugar bien y hacer en el campo lo que entrenamos.