Al Deportivo todo le sale de cara. En Alcorcón firmó otro ejercicio de paciencia, de defender juntitos noventa minutos y desequilibrar en una de las escasas llegadas al área rival, esta vez en el descuento, en el último suspiro. La séptima victoria seguida, trabajada, supuso otro subidón.
Las cuentas del entrenador, que ya había ganado a balón parado y en el descuento en su anterior visita a Santo Domingo con el Deportivo, siguen saliendo. Ganar o perder, aunque ayer estuviera a punto de empatar. Tenía que ganar doce partidos de veintiuno y ha recorrido la mitad del camino a falta de quince citas. Ha sumado en ellas más puntos que los que llevaba el equipo cuando asumió el banquillo transcurridas 21 jornadas. ¿Quién no se apunta al resultadismo?
El técnico ha marcado la línea a seguir, alejado de la brillantez, pero empeñado en cumplir con nota las tareas elementales. Y ha encontrado su once. Solo la baja de Sabin Merino por lesión le impidió repetir alineación en Santo Domingo. Sin el vasco, enrachado, ni Beauvue, ambos por sus respectivas lesiones en el bíceps femoral, el de Castrofeito tuvo que recuperar para la causa a Mamadou Koné y el costamarfileño fue el que firmó la victoria en el descuento. Lo mismo en A Coruña que en Madrid, la afición sabía que en esa última falta podía estar la victoria en un equipo en estado de gracia. Pocos habrían confiando hace un par de meses, pero ahora es otra historia. Detrás de la portería estaban una parte de los 600 deportivistas que arroparon en Alcorcón, muchos de ellos tras haber hecho también 600 kilómetros. Sus rictus, los de los jugadores, los del banquillo, otra carrera de Fernando por la banda jugándose la expulsión lo dicen todo. Otra victoria para sumar, otra que descontar.
Algunos de esos aficionados tardaron en acceder al campo por los problemas en los tornos. El partido comenzó con los blanquiazules demasiado replegados y sin ser capaces de desahogar el juego, con un par de pérdidas de Gaku y Peru en la salida del balón y Stoichkov y Álex Mula complicándole la vida a la zaga y también a Dani Giménez.
En el carril izquierdo, el futbolista recientemente cedido por el Málaga le encontró las cosquillas a Mollejo, que sigue aclimatándose a esa posición. Su socio, que llegó al conjunto alfarero prestado por el Mallorca, no se quedó atrás y fue el que más lo intentó. A los catorce minutos, el primer aviso. Se revolvió en el área, disparó con el interior de la pierna izquierda y obligó a Dani Giménez a despejar a córner. El guardameta, con molestias de pubis, resiste en el once y fue lo mejor del Deportivo en el primer tiempo. Los saques de puerta se los cedió a Javi Montero para intentar que su lesión no vaya a más.
El conjunto blanquiazul dio señales cuando ya se había consumido la mitad del primer periodo. Su juego de ataque pasó por Aketxe y, sobre todo, Çolak. El turco puso un centro preciso al área y lo acompañó Eneko Bóveda desde la banda derecha. El vasco se lanzó en plancha para intentar anotar por segunda jornada consecutiva y solo le faltaron unos centímetros para conectar el balón en el área pequeña. Çolak exhibió calidad, pero el equipo no lo aprovechó. Logró pasearse un par de veces por la frontal del área, pero se quedó sin probar a Dani Jiménez. En toda la primera parte, ni una sola intervención del guardameta del Alcorcón.
Su tocayo en la portería blanquiazul, en cambio, tuvo que aparecer de nuevo para salvar en dos tiempos un lanzamiento de Mula y, sacar otro de Stoichkov. Mediado el primer periodo, en un lapso de quince segundos, Koné y Montero vieron las dos primeras tarjetas amarillas del equipo blanquiazul. Fue en lo único en lo que se fue en ventaja el Deportivo al vestuario. En disparos, posesión y fútbol, el Alcorcón había merecido bastante más que los de Vázquez, que también fue amonestado por salir del área técnica y protestar.
De vuelta al césped, el primer disparo de los blanquiazules en todo el partido llegó a los 51 minutos y fue en una acción de estrategia, un lanzamiento de falta de Aketxe, directo, que encontró el bote pero fue muy centrado.
Vázquez mantuvo el guion y Fran Fernández hizo el primer retoque con un cambio de nombres, sin modificar el sistema: Rui Costa por Dani Romera. El Deportivo incidió en defenderse con todos los soldados replegados. Una defensa sin hacer faltas. Solo cuatro en la primera hora de partido. Eso sí, concediendo demasiados saques de esquina. Tras uno de ellos, Stoichkov intimidó a los deportivistas con un centro envenenado.
Las permutas
Vázquez agitó el árbol con la entrada de dos extremos, ambos debutantes, Keko Gontán y Hugo Vallejo, por Çolak y Aketxe. Quedaban 23 minutos.Mollejo fue amonestado por protestar y se jugó la segunda instantes después porque tuvo que ser atendido en banda tras recibir un codazo de Sosa y entró en juego sin tener el permiso del colegiado para volver al campo. El jugador del Atlético presume de saber jugar con tarjeta y se la jugó. Por suerte para el Depor, se quedó en advertencia del árbitro.
El conjunto coruñés volvió a sufrir. De una falta de Keko al borde del área surgió otra ocasión para los madrileños. Ejecutó Mula, se abrió la barrera (el propio Keko) y el balón pasó por el medio pero se encontró una vez más con los guantes de Dani Giménez.
El Deportivo agotó los cambios cuando quedaban nueve minutos con la entrada Luis Ruiz por Mollejo. Vázquez calculó riesgos y de todos los que tenían amarilla optó por el carrilero. Fran Fernández reaccionó con la incorporación de Miakushko por Stoichkov.
Toma y daca
El Alcorcón volvió a intentarlo. Primero, a los 89 minutos con un disparo desde su casa de Diéguez que sacó de puños, centrado, el portero del Deportivo, sin complicarse la vida. Y ya en el alargue, un remate de cabeza que salió desviado.
El árbitro solo descontó dos minutos y el equipo herculino los rentabilizó al máximo. Dio la estocada en una acción que empezó y acabó por Koné. El costamarfileño fue objeto de falta en el centro del campo y surgió la pizarra. Sin Aketxe en el campo, sacó Gaku Shibasaki hacia la banda derecha, desde ahí la sirvió Keko Gontán al área, y allí se lanzó el delantero para cazar el balón abajo y enchufarlo a la izquierda del portero. Un final increíble para poner la séptima seguida con otro subidón.