Cuando Fernando Vázquez asumió por segunda vez el banquillo del Deportivo, de nuevo en una situación límite, el pasado 30 de diciembre, hizo un primer análisis de la plantilla y precisó que la valoración de los jugadores siempre tiene relación directa con los resultados; que si entonces parecían malos, con seis victorias seguidas cambiaría la percepción. Y lo ha clavado.
El Deportivo, entonces colista, ha salido de las posiciones de descenso con seis triunfos consecutivos (cinco con Fernando Vázquez) después de 19 encuentros sin ganar, la peor serie de toda la historia del club.
Ha llegado el técnico, una nueva directiva, otro responsable de los fichajes, aire fresco en el Deportivo que ha reactivado a los que ya estaban en el equipo, con actuaciones destacadas del portero Dani Giménez, el centrocampista Ager Aketxe, el japonés Gaku Shibasaki o, en general, la línea defensiva.
Ahora cobra sentido aquella especie de profecía que hizo, casi sin querer, Fernando Vázquez en su presentación ante los medios de comunicación hace poco más de un mes.
“No hay jugadores buenos en un equipo que no rinde y no hay jugadores malos en un equipo que rinde. Todo el mundo piensa que tenemos malos jugadores, ¿por qué? Porque no están funcionando como equipo. ¿Qué nivel tienen? Es difícil de valorar. Si este equipo gana seis partidos seguidos es posible que la gente pensara que son buenos jugadores”, razonó. Dicho y hecho.
Para el preparador deportivista, el argumento es lógica simple: “Ganas y eres bueno”, y eso es lo que ha pasado en el Deportivo en las últimas semanas, que ha ganado y ahora todos los jugadores parecen mucho mejores que antes. Con la racha positiva en que está inmerso, el equipo herculino aventaja en dos puntos a los equipos que están en descenso y está a ocho de la promoción de ascenso, pero tanto Vázquez como los jugadores mantienen la prudencia respecto a las aspiraciones futuras en una temporada en la que partía con el objetivo de luchar por subir y lo tuvo que cambiar drásticamente.
“La aspiración es ganar siete partidos más. Los números son ganar siete y poder fallar doce veces. Las cosas han cambiado bastante. Ahora hay que ir ganar a Alcorcón. Es otra final, llamadlo como queráis. No hay más pretensión que esa. Ganar los partidos suficientes para estar fuera de peligro”, admitió el técnico tras enlazar el sexto triunfo.
No en vano, la experiencia personal le obliga a ser cauto, porque el Deportivo descendió con él a Segunda en la temporada 2012-13 tras firmar también una épica remontada en la clasificación y llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para salvarse, y en Las Palmas estaba virtualmente salvado en la campaña 2001-02 y acabó bajando.