Todas las miradas estarán puestas en lo que ocurra en el estadio del Boca Juniors desde las 17.00 hora local (21.00 en España), donde no habrá seguidores de River por motivos de seguridad y por decisión de los presidentes de ambos clubes, que han argumentado que eso supondría reducir el aforo de ambos estadios para los hinchas locales.
El Xeneize llega a esta instancia al dejar en el camino al Libertad paraguayo (2-0 y 2-4) y a los brasileños Cruzeiro (2-0 y 1-1) y Palmeiras (2-0 y 2-2).
River Plate, por su parte, dejó en el camino a los argentinos Racing Club (0-0 y 3-0) e Independiente (0-0 y 3-1) y al brasileño Gremio (0-1 y 1-2).
Después de la decepción del Mundial, la final entre los dos grandes argentinos es también una buena ocasión para que se reivindique la vigencia del modelo argentino, como ha destacado el técnico de Boca Guillermo Barros Schelotto.
En River Plate también son consientes de la importancia de una final histórica, que ofrecerá “la gloria absoluta”, según destaca el técnico Marcelo Gallardo, que ha querido transmitir, al mismo tiempo, “un mensaje de paz”.
Boca Juniors contará con su plantel estelar porque no tiene lesionados. El único que estuvo en duda fue Pablo Pérez por molestias físicas, pero llegará sin problemas y podrá ser titular. El entrenador, Guillermo Barros Schelotto, alineará a los mismos once que jugaron ante el Palmeiras.