El internacional sub-21 Iván Villar señaló que ser el único portero disponible de la primera plantilla del Celta de Vigo, tras las lesiones de larga duración de Rubén Blanco y Sergio Álvarez, no le ha generado una presión añadida.

“Me centro en lo que dependía de mí, que es entrenar todos los días al cien por cien. Tanto la gente del club como mis compañeros siempre me han transmitido su confianza, y con eso me quedo”, comentó el guardameta de Cangas do Morrazo en rueda de prensa.

Villar admite que ser el portero del primer equipo es “una responsabilidad” porque lleva trece años en el club, y no escondió que “los minutos te dan experiencia y confianza”.

Al canterano no le preocupa que Rubén Blanco, el teórico portero titular del equipo, ya se encuentre en la última fase de recuperación de la lesión sufrida a finales de la pasada temporada en el tendón del recto femoral derecho.

“Le deseo que se recupere cuanto antes porque eso es bueno para el grupo”, comentó Villar, quien no teme perder la titularidad: “Es una decisión que tiene que tomar el míster, yo trabajaré para ponérselo difícil”.

A Villar le gustaría jugar con las gradas de Balaídos llenas porque es “un sueño” que tiene desde pequeño, y confía en reencontrarse con el triunfo el próximo sábado ante el Atlético de Madrid.

Por otra parte, el partido correspondiente a la séptima jornada contra el Levante se jugará en La Cerámica de Vila-real, ya que las obras de remodelación del estadio Ciutat de València han sufrido un retraso respecto al plan inicial.

El Ciutat de València, tal y como había confirmado en agosto el presidente Quico Catalán, debía estar preparado a partir del 15 de octubre para acoger partidos, pero finalmente no han podido cumplirse los plazos previstos. El Levante ya jugó en La Cerámica contra el Real Madrid. l