El Barcelona cosechó su primera derrota de la temporada
(1-2) ante un Leganés que supo sobreponerse a la adversidad y resistir después de remontar en apenas dos minutos un tanto adverso.
Era Butarque a priori el lugar ideal para que los azulgranas se quitaran las dudas del empate ante el Girona. Dos veces habían visitado este estadio y en ambas se fueron con el triunfo, cosechando ocho goles a favor y solo uno en contra. En eta ocasión, además, los blanquiazules llegaban como colistas con un punto de 15.
Nada de todo esto, ni el planteamiento de su técnico ni el del contrario, pareció afectar a Messi en el inicio del duelo el día que cumplía 700 partidos con el primer equipo barcelonista. El diez colocaba a sus compañeros, se ofrecía y progresaba con el balón en los pies arrastrando rivales consigo. Así lo hizo en el minuto once, encontrando solo al borde del área a Coutinho en mitad del desconcierto del rival. Controló el brasileño y le pegó de volea lejos del alcance de Cuéllar para adjudicarse un golazo. Golpeado, amenazado y maniatado por las eternas posesiones de los visitantes, al Leganés solo le quedaba el espíritu de supervivencia si quería escapar.
Dos ‘zarpazos’
Tras el descanso, lo que eran destellos de ilusión para el Leganés se convirtieron en fogonazos que terminaron por cegar al Barcelona. Una diagonal precisa de Vesga encontró la subida de Jonathan Silva por el carril izquierdo y el centro de éste encontró la cabeza de El Zhar en el segundo palo. Tanta geometría pilló por sorpresa a Vermaelen, quien llegó tarde para evitar el plácido remate del marroquí (1-1).
Sacaron de centro los culés, perdieron el esférico y de nuevo se produjo otro envío kilométrico buscando esta vez a En-Nesyri. Se trabó el punta, pero también Piqué, que despejó hacia el interior del área. Óscar Rodríguez, que había visto la película desde la distancia, interceptó el balón en escorzo y sorprendió al meta. l