Es uno de los entrenadores de moda del fútbol base gallego. Fabio Rodríguez, el que durante muchas temporadas fue árbitro de Primera Regional, ha conseguido un impresionante tercer puesto en División de Honor Cadete. Su Ural ha sido el mejor de la otra liga, la que compiten los equipos que no son Celta y Deportivo.

El Ural ha sido tercero en División de Honor Cadete. Era imposible quedar más arriba.
Ni siquiera contábamos con el tercer puesto. En esa categoría, el Lugo siempre solía ser el tercero, con Celta y Depor repartiéndose los dos primeros puestos, y lo más llamativo para mí fue la distancia con los equipos de ‘nuestra liga’: meterle 18 puntos al Pabellón o 20 al Val Miñor. Fueron 13 victorias por un gol y eso es sinónimo de que sacamos muchos partidos adelante por pequeños detalles. Tuve a este grupo en alevines e infantiles y es la tercera temporada que entreno a 12 de estos jugadores del Cadete A.

Aunque hayan tenido otros entrenadores, ¿se adelanta mucho habiendo trabajado con ellos en temporadas anteriores?
Es una gozada de grupo, fundamentalmente por el compromiso que tiene. Tengo la etiqueta de ser un entrenador muy defensivo porque mis equipos suelen marcar menos goles que los partidos jugados. Tuvimos más de diez porterías a cero, ocho victorias por 1-0, y tres o cuatro de ellas llegaron en una jugada a balón parado… Son pequeños detalles que nos han dado unos doce puntos que nos hicieron dispararnos en la clasificación.

Jugador por jugador, ¿había mejores equipos que el Ural?
El once del Lugo podía ser mejor que el nuestro y, de hecho, en la selección gallega siempre había más convocados del Lugo que del Ural. Solo han convocado a uno de nuestros jugadores en toda la temporada y creo que lo llevaron por obligación: era muy raro que no fuese ningún jugador citado del tercer clasificado de División de Honor Cadete.

¿Tiene algún partido grabado de esta temporada?
El Lugo-Ural y el Ural-Lugo, y casi me quedo más con el de la segunda vuelta. Tenían tres puntos menos que nosotros y era el partido en el que se decidía el tercer puesto. Empezamos perdiendo en un primer tiempo espesa por nuestra parte. En el descanso nos dimos cuenta de cómo podíamos subsanar nuestros errores y cómo hacer daño al rival y salió perfecto porque anulamos al Lugo, tuvimos muchas llegadas y marcamos el gol de la victoria a falta de cuatro minutos para el final en una acción a balón parado. Reventé de alegría porque habíamos ganado por el trabajo realizado durante la semana. Me supo mejor que cualquier otra victoria. Creo que ese fue el partido de la temporada.

Independientemente de los resultados, ¿a qué ha jugado su equipo esta temporada?
Me dan exactamente igual las opiniones que haya sobre mí fuera de mi club porque soy de los que piensa que las temporadas hay que valorarlas cuando se terminan y con los datos en la mano. Puede gustar más o menos nuestro juego y reconozco que no soy un entrenador que empieza la casa por el tejado. Ante todo me gusta dejar claros los conceptos defensivos porque son mi ADN y me gusta entrenarlos. Me gusta trabajar el repliegue, las basculaciones, la reducción de espacios, los segundos balón, la pelota parada en contra… En la fase ofensiva soy un entrenador que da bastante libertad a los jugadores, sobre todo del medio del campo hacia delante. Esta temporada he tenido futbolistas muy autónomos y con mucha calidad y doy bastante cancha a los jugadores de la línea de mediapuntas. Mientras me cumplan en el aspecto defensivo, en ataque no soy tan cuadriculado. Ha habido partidos ante rivales que estaban por debajo en la clasificación en los que no queríamos el balón.

Se pueden dominar los partidos sin tener el balón.
Para mí dominar es hacer un planteamiento y que el equipo rival caiga en lo que te interesa. Ha habido equipos a los que dejábamos sacar el balón en corto, que volvieran una vez pero no la segunda, orientar hacia fuera, donde nos interesaba robar con el rombo y en las transiciones matábamos porque los jugadores de ataque tienen calidad y velocidad. A mí nunca me preocupó no tener el balón.

¿Es satisfactorio ser el segundo mejor equipo de A Coruña en categoría cadete?
Sí. El Calasanz tenía buen equipo pero creo que le faltaba fondo de armario. Mi generación siempre tuvo un buen once pero esta temporada ampliamos la plantilla. Ha habido jugadores que se han perdido varios partidos y el equipo no lo ha notado.

¿Por qué no aceptó ser el entrenador del Juvenil A del Ural la próxima temporada?
Lo acepté en un principio, pero tengo el nivel 2 de entrenador. Tenía pensado hacer el nivel 3 intensivo este verano porque me habían dicho que se podría hacer en A Coruña pero finalmente no podré hacerlo. Si lo tuviese me lanzaría porque es un hornada que tuve en cadete de primer año y, aunque sería una temporada para sufrir en División de Honor, viviría una experiencia importantísima que se iría para mi mochila. Además, el club me daba una confianza total y me ofrecían hasta dos años si quisiera.

Hablando de generaciones, la próxima temporada será la novena de Fabio en el Ural.
Solo he entrenado en el Ural. Empecé en el Prebenjamín D con chiquillos del 2.005 que pasarán esta temporada a cadete de primer año.

¿Tiene fecha de caducidad su vínculo con el Ural?
No me lo planteo. Entiendo que alguna temporada se acabará. He estado muchos años entre infantiles y cadete y el paso lógico para la siguiente temporada será entrenar en categoría juvenil. Por eso supongo que en algún momento se acabará. No soy de los que se obsesionan con promocionarse a pesar de que estoy un club que es un buen escaparate.

¿Cómo es un día del Fabio entrenador del Ural, tercer mejor equipo cadete de Galicia?
Para empezar, creo que a mi segundo entrenador lo llamo más que a mi novia. Mi día empieza a las tres de la madrugada, que es cuando me levanto para ir a trabajar. Salgo a las 12.30 horas, intento comer a las 13.00, dormir hasta las 16.30, preparar las sesiones, coger la mochila, poner chaqueta verde o roja (la del Meicende, su otro equipo) y me voy a entrenar. Llego a casa sobre las 22.00 horas y a por otro día. Los fines de semana me dan para ver a rivales y grabarlos. Intento estar a todo aunque a veces es complicado.

¿Vale la pena tanto sacrificio?
Para mí sí. Si pudiera me gustaría vivir de esto. Dentro del poco tiempo que tengo, le dedico muchas horas al fútbol y lo malo es que se las quito al sueño. En las últimas semanas se estaba haciendo larga la temporada pero sarna con gusto no pica.


En los últimos meses, los clubes de As Mariñas han criticado a los de A Coruña por sus métodos para fichar jugadores jóvenes.
Creo que es algo que ha existido siempre. Cuando yo era joven jugaba en el Maravillas y Lorenzo, directivo del Imperátor, vino a por cuatro jugadores de nuestro club para jugar en División de Honor Cadete. Quizá ahora se sabe todo más y los padres se meten demasiado. Cuando yo jugaba, mi madre no tenía el teléfono de mis entrenadores, tenía el del club, pero los padres y los árbitros son un mal imprescindible en el fútbol base porque sin ellos, los clubes no podríamos hacer todo lo que hacemos y los entrenadores no cobrarían. Ellos pagan 30 euros al mes y hay que darles algo a cambio. Yo estoy a gusto en mi club y no considero que lo hacemos esté mal porque, al fin y al cabo, cada uno juega en el equipo que quiere. Puedo entender a la parte del club al que se le van los jugadores pero lo que manda en el fútbol base son las categorías y el status. Hay gente que se queja de que el Ural tiene un Alevín C bueno y un Alevín D bueno, pero hay padres que prefieren que a sus hijos los entrenen los técnicos del Ural en un D que estar en un A de otro club que cobra 15 euros de cuota.

¿Cómo es la relación del Fabio entrenador con los padres?
En la escuela es más cercana porque los jugadores tienen 10 años e interactúo con los padres a nivel organizativo de torneos, comidas… En los grupos de WhatsApp de los equipos de fútbol 8 están Antonio, que es el coordinador, el entrenador y los padres. En el fútbol 11 solo tengo grupo de WhatsApp con los jugadores y la única relación que tenemos con sus padres es cuando viajamos en autocar para jugar partidos como visitantes, ya que vienen con el equipo. Es preferible pagar un poco más por un autobús más grande que llevar 16 coches a Ourense o a Coruxo.

Se ha hablado mucho de la generación de oro del Ural que esta temporada ha terminado su etapa en el fútbol base, pero la generación del Cadete A no se queda atrás.
Elegimos mala temporada para ser terceros de Galicia (bromea). La generación del Cadete A tiene menos talento individual porque a los del Juvenil A ya se les veía desde pequeños que tenían muchísima calidad –jugadores como Sito, Iván Riveiro, Manu Ramos…–. Mi generación de esta temporada no es de cuna del Ural desde cero porque de prebenjamines solo quedan tres o cuatro jugadores y se han ido incorporando el resto de la plantilla en benjamines, alevines e infantiles. Definiría a este generación como muy competitiva, currante y con mucha hambre. Esta temporada cambiaron su estilo de juego. El año pasado su modelo era totalmente diferente. l