Un punto más para el Deportivo Fabril. Y un empate que sabe a gloria ante un rival que se encuentra en un gran momento de forma, aunque ayer no supo romper la férrea defensa del filial blanquiazul. Poco fútbol elaborado, pero mucha emoción.
El equipo de Sergio Pellicer saltó a Las Pistas del Helmántico sin complejos, y reclamó el balón desde el pitido inicial. Los salmantinos comprobaron pronto que no sería nada fácil generar situaciones de peligro, porque se encontraron a un equipo muy bien colocado sobre el terreno de juego y sin fisuras en defensa. Así, Manjón apenas encontró pelotas para poner en peligro la portería de Pedro López. Las ocasiones escasearon en uno y otro lado. Solamente cabe destacar un centro de Javi Navas desde la derecha que cabeceó de la Nava pero el meta visitante estuvo muy atentó y evitó la primera situación clara de gol del partido.
El Fabril tuvo tres claras oportunidades antes el descanso. La primera fue un disparo centrado de Lucas desde la frontal que tocó Víctor García y no acertó a meter el balón con todo a su favor. Poco después, Gandoy recibió el esférico desde la frontal y trató de ajustarlo lo máximo para superar a Molina, sin conseguirlo. Y pasada la media hora de juego un potente lanzamiento de May desde la frontal del área se marchó desviado.
Tras el paso por los vestuarios se vio a un Unionistas mucho más ambicioso. Los locales gozaron de su mejor ocasión del partido cuando una jugada de Jorge, que asistió a De la Nava en la frontal del área, acabó con un duro tiro de éste que Pedro López impidió con una estirada cuando la grada ya cantaba gol.
A partir del minuto 20, el técnico local Roberto Aguirre buscó en los cambios dotar a su equipo de más potencial ofensivo, pero no consiguió su propósito. Los blanquinegros lo intentaron de todas maneras pero sin inquietar la portería blanquiazul.
Ya en la recta final del partido, los de Pellicer tuvieron la última ocasión en un disparo desde fuera del área de Montiel al que respondió con mucha solvencia el guardameta Molina.
Esta fue la última acción con cierto peligro ya que a partir de entonces ambos conjuntos apenas apretaron en busca de la victoria y se conformaron con un punto. El miedo a perder marcó los minutos finales y el resultado definitivo.