Adiós a la racha. Después de cuatro victorias seguidas, el Basquet Coruña cayó en casa ante el Tizona Burgos, un rival de la parte baja, pero que en el Palacio tiró de inspiración y acierto en el tiro para frenar la buena dinámica naranja.
Buena dinámica sólo de resultados porque el equipo coruñés volvió a dar las mismas sensaciones en ataque: le falta fluidez y no encuentra lanzamientos cómodos.
Y eso que en el primer cuarto se marchó con una interesante ventaja (23-15) gracias a un 8-0 de parcial que culminó Maiza, en plan 'microondas' con cinco puntos seguidos. El base vasco prolongó su buen momento hasta el segundo acto, con un triple que disparó la renta hasta los trece puntos (30-17), máxima del partido para los locales.
Despertó el Tizona Burgos, que creció desde la línea de tres (acabó el partido con un 13 de 26 desde los 6,75 metros) y gracias al atasco naranja. Un 0-8 ajustó el marcador y se llegó al descanso con un nuevo partido, mucho más igualado (42-40).
La tendencia se acentuó en el tercer cuarto, mala cosa para el Basquet Coruña. Paró el choque Sergio García con 50-56 y dio entrada a Pecius, que jugó sus primeros minutos desde que se lesionó contra el Breogán.
Con el cerebral base lituano y las acciones de Peña, el conjunto naranja recuperó el sentido y el mando para empezar el último cuarto por delante (65-63).
Fue un espejismo. Nada más empezar volvió a golpear el Tizona Burgos con un 0-8 que le puso dos puntos por encima. El final se convirtió en un intercambio de canastas e imprecisiones del que salió vencedor el equipo visitante, apoyado en la gran noche del canario Ayoze Alonso, autor de 24 puntos y los seis últimos de su equipo.
Cinco hombres por encima de los 10 puntos no fueron suficientes para un Basquet Coruña que cierra el año con mal sabor de boca.