El Real Madrid ganó al Espanyol (2-0) en un partido en el que vistió de verde a pesar de jugar de local, en apoyo a la cumbre del clima que se está celebrando en Madrid, y suma ya nueve encuentros sin conocer la derrota: ganó sin sufrir y será, como mínimo, colíder una semana más antes de afrontar una difícil salida a Mestalla.
El abismo de distancia en el estado anímico de ambos equipos se notó desde el pitido inicial. El Madrid se hizo dueño del balón ante un Espanyol que no podía presionar en bloque y defendió con los once futbolistas en campo propio. Un planteamiento ante el que los de Zidane respondieron tirando desde fuera y con un Vinicius que no dejó de encarar al defensor que se le pusiera por delante.
Minuto 38 y los locales lograron trasladar la tranquilidad que reinaba sobre el césped en el marcador, ya que el Espanyol únicamente puso a prueba a Courtois en la primera mitad con un cabezazo de Granero en el segundo palo que este despejó con solvencia.
El descanso sirvió para activar al Espanyol, que intentó establecerse en campo rival con el balón y presionó más arriba la salida del Madrid. La tranquilidad local se convirtió en incertidumbre. Unas dudas que se encargó de despejar el de siempre, Benzema. El francés culminó una gran conducción de Valverde, llegando hasta línea de fondo, en el m.79 enterrando las esperanzas de los visitantes