El golazo de Gabi trasladó la fiesta del vestuario del Laracha al del Ribadumia. El equipo rojiverde estuvo a punto de conseguir una importante victoria en la lucha por la permanencia pero fue el cuadro visitante el que pudo celebrar la salvación matemática gracias al punto obtenido ayer en el Municipal de A Laracha. Antes del tanto de Gabi, los de Javi Álvarez se habían adelantado en el marcador por medio de Souto.
El Laracha fue capaz de controlar el ritmo del partido en la primera mitad a través de juego combinativo. Los rojiverdes rondaron el área rival con cierta asiduidad gracias a una buena circulación de balón.
En una de estas llegadas se produjo el primer tanto de la tarde. Después de una jugada colectiva, Souto aprovechó un pase atrás para conectar un buen disparo llegando por sorpresa.
Tras el paso por vestuarios, el partido se rompió un poco más. El ímpetu del Laracha por seguir presionando y la decisión del Ribadumia de descolgar dos carrileros provocó que el encuentro se convirtiera en un ida y vuelta.
Las jugadas de peligro en este segundo acto llegaron por la banda, al contrario que en el primero, pero solo el Ribadumia fue capaz de perforar la portería rival. Y lo hizo con un golazo de vaselina de Gabi que se coló por el segundo palo de la portería defendida por Jano, que disputó su primer partido en el presente curso al sustituir a Chema en el descanso.
A pesar del mazazo, el Laracha tuvo tiempo para crear ocasiones y acariciar el 2-1. Primero reclamó un penalti por agarrón a Miguel Taibo y después estuvo a punto de marcar después de una jugada de Álvaro. El extremo se internó en el área y realizó un pase atrás para Adri Castro, que golpeó a puerta. El balón salió rechazado y le cayó a Taibo, que encañonó lo más rápido que pudo pero lo mandó por encima del larguero.
Con este resultado, el Laracha continúa décimo tercero pero ya no puede superar al Ribadumia, décimo segundo. El equipo rojiverde espera mantener esta posición para tener menos opciones de descenso por arrastres.