Después de la insólita decisión adoptada por la Liga de Fútbol Profesional el pasado 20 de julio —permitiendo que se disputase toda la jornada salvo el Deportivo-Fuenlabrada—, la escuadra blanquiazul se vio obligada a jugar contra los madrileños el 7 de agosto.

La plantilla del Depor se encontraba de vacaciones, en ciertos casos muy lejos de A Coruña, y con apenas unas horas de antelación los futbolistas fueron avisados para que se reincorporasen para la celebración de un encuentro en el que los blanquiazules apenas tenían en juego su orgullo.

Por si el plan perverso y discriminatorio de la LFP no fuese suficiente, el capitán deportivista Álex Bergantiños fue detenido por la Policía el 5 de agosto tras la filtración de un audio de grupo del equipo en el que el centrocampista exponía a sus compañeros la decisión de regresar a la urbe herculina para acometer el encuentro ante el Fuenlabrada, que definió como un posible “paripé”.

El abuso cometido por las fuerzas del orden desplazadas desde Madrid —a instancias de la LFP— no hizo sino incentivas las ganas con las que el Depor encaró su duelo con los fuenlabreños, que solo pudieron desplazar a Riazor a 13 hombres —toda vez que una gran parte de su plantilla se vio afectada por el Covid-19, concretamente 28 personas, entre jugadores, técnicos y trabajadores—.

Futbolistas blanquiazules como Beauvue se pegaron una panzada de kilómetros para estar en Riazor —viajó hasta el sancionado Bóveda—, demostrando el nivel extremo de compromiso del Depor.

El encuentro en sí comenzó con un nuevo mazazo en contra de los intereses coruñeses, con el 0-1 en el minuto 11 con una diana obra de Ciss.

Los herculinos eran incapaces de reaccionar, muy fuera de forma y de ritmo después de haber efectuado apenas un par de entrenamientos, pero en los últimos minutos sacaron a relucir su casta para darle la vuelta al marcador.

Curiosamente sería Claudio Beauvue, el hombre que se había desplazado desde más lejos, quien anotase el doblete que permitió al Deportivo desquitarse con el club ‘protegido’ por Javier Tebas, cuyo abogado es el hijo del presidente de la LFP.

Una vez cumplido el objetivo en el campo —insuficiente para salir del descenso pero preciso para impedir que el ‘Fuenla’ disputase el playoff—, el Deportivo y su asesoría jurídica se encuentran centrados en obtener justicia en los despachos y mantenerse en 2ª. l