El Valencia jugó a la ruleta rusa, pero se clasificó para los cuartos de final de la Liga Europa tras arrancar un milagroso empate en el feudo del Krasnodar con un gol en el descuento del portugués Guedes a pase de Gameiro.
Los valencianistas caminaron sobre el filo de la navaja durante los últimos minutos de partido, pero por suerte la moneda salió cara.
Un golazo de la nueva estrella del fútbol ruso, Suleimánov, en el minuto 85 estuvo a punto de hacer pagar muy cara la racanería del equipo español. Guedes salvó en el 93 lo que se lleva de temporada europea del Valencia.
El caso es que hasta entonces el equipo dirigido por Marcelino, que hizo valer el 2-1 de la ida, sólo había sufrido en el primer cuarto de hora.
Los rusos fueron mucho más inofensivos que en Mestalla y, de hecho, las mejores ocasiones del encuentro las tuvieron los jugadores valencianistas.
Los primeros veinte minutos fueron un asedio local, aunque los rusos apenas pusieron a prueba a Neto.
La lesión del brasileño Ari, que se había mostrado muy revoltoso, fue providencial para los españoles. A partir de entonces, el Valencia controló el encuentro y empezó a crear peligro.
Sufrió el Valencia al final. No le duraba apenas el balón en los pies, pero los rusos tampoco andaban sobrados de ideas en ataque. Entonces, Suleimánov, que acaba de saltar al campo, recibió el balón en un vértice del área grande, encaró a su marcador y se sacó de la chistera un fenomenal disparo que entró como una exhalación por la escuadra sin que Neto pudiera hacer nada para evitarlo.
Con todo, los valencianistas no bajaron los brazos y Gameiro, que acaba de entrar en el terreno de juego, hizo la jugada de la noche.