En pleno casting de centrales de Robert Moreno, buscando la pareja perfecta a Sergio Ramos, Raúl Albiol dejó una segunda parte reivindicativa en el estadio Ullevaal de Oslo, exhibiendo sus virtudes defensivas en un nuevo regreso a la selección española en su “cuarta juventud”, como definió Saúl.
Albiol es uno de los supervivientes de la ‘generación de oro’ del fútbol español. Siempre instalado en la segunda unidad, jugador de equipo que aparecía como recambio de garantías cuando se le necesitaba. Así disputó dos Eurocopas y dos Mundiales. Cuatro grandes torneos de los que España ganó tres.
Después de tres años de ausencia, su buen hacer en el Nápoles propició la llamada de Luis Enrique Ante Gales, en octubre de 2018, se volvía a enfundar la Roja. Un año después, tras regresar al fútbol español y liderar la zaga del Villarreal, Robert Moreno lo recupera y le dio la titularidad ante Noruega.
“Intento cuidarme y estar lo mejor posible”, confiesa Albiol “feliz por volver a jugar con la selección española”. El central no mira más allá, no piensa en acudir a su tercera Eurocopa y a sus 34 años opta por disfrutar el presente. “Es único jugar con esta camiseta. Hay que aprovechar cada momento porque hay mucha competencia”.
Más fino. Cumpliendo la máxima de perder un kilo cada año que cumple un futbolista, Albiol no echa de menos la comida de Italia y se siente en un gran momento físico que hace olvidar su edad.
“La pizza y mozzarella de Nápoles pesaban”, bromea. “Ahora me encuentro bien y es clave haber podido hacer la pretemporada completa con el Villarreal, a diferencia de lo que sufrí el año pasado”, confiesa.
Los elogios por multiplicarse en defensa en Oslo fueron para él. Su duelo con el gigantón King, al que ganó por alto, se midió en carreras, dejando una acción salvadora lanzándose a ras de césped. Pero no van con Albiol.
“Es mejor que no te saquen a hombros y salir tranquilo, con la misma mentalidad que cuando juegas mal porque el fútbol cambia y un día eres un fenómeno y al siguiente no”.