España firmó el pleno de triunfos en las cuatro jornadas disputadas de la fase de clasificación, caminando firme hacia la Eurocopa 2020, tras superar con personalidad y variantes el muro de Suecia en el encuentro ante su rival directo, el día del relevo en portería con Sergio Ramos marcando el camino.
Una de las claves fue el ejercicio de la paciencia y las variantes. Hasta ocho cambios en el once permitieron exhibir a España un equipo fresco.
Se dio el relevo en la portería por sorpresa. De la “dulce transición”, como definió Vicente del Bosque al traspaso de poderes en portería de la leyenda Iker Casillas a David de Gea, a un cambio inesperado y que deja tocado a un portero que no levanta cabeza con la Roja desde el Mundial de Rusia. De Gea quedó marcado pero nadie le quitó. El paso del tiempo ha cambiado su punto de vista y llegó el momento de Kepa.
Ramos marcó el camino. Fue líder absoluto de la selección española para todo. Mostrando jerarquía como central, cortando cualquier intento de contragolpe sueco, incorporándose al ataque siempre que pudo, creando peligro a balón parado con sus remates, asumiendo la responsabilidad en el lanzamiento del primer penalti para extender su cien por cien de acierto de la temporada y mostrando generosidad en el segundo.
Parejo tuvo personalidad al mando. Es una demarcación por la que han pasado jugadores que parecían instalados y han desaparecido del equipo: Saúl Ñíguez, Koke o Thiago. A Dani Parejo le costó llegar, tuvo que demostrar mucho, pero muestra que ha llegado para quedarse.
Los jóvenes aprietan. El grupo de jugadores que va citando Luis Enrique va estando definido y en cada convocatoria introduce algunos premios individuales al rendimiento. En esta ocasión repitió Fabián Ruiz, que no pudo disfrutar de la primera llamada por una gripe A, y Mikel Oyarzabal.
La confianza del cuerpo técnico en ellos es tal que el primero fue titular y el segundo recibió los últimos minutos para aprovechar cada segundo. Fabián aportó descaro y verticalidad, movilidad continua en el ataque para descolocar las ordenadas líneas de Suecia. Oyarzabal no miró el marcador y se dejó todo en la presión, levantando al aficionado para ovacionarle su entrega antes de poner el broche con un gran gol. Los jóvenes aprietan y se incorporan a la sub-21 para luchar por el Europeo de la categoría con el mejor sabor de boca posible.